La transformación digital está revolucionando el sector hídrico de tres formas esenciales.
En primer lugar, el uso de réplicas digitales permite visualizar todos los sistemas de agua subterránea y supervisarlos en tiempo real a fin de detectar los problemas con antelación. Esta tecnología combina datos de SCADA, sensores IoT y registros históricos y ofrece una visión general completa de las redes de infraestructuras hídricas. Las réplicas digitales no solo identifican las fugas con rapidez, sino que también promueven la mejora continua al destacar las áreas con deficiencias.
En segundo lugar, la colaboración en la nube es un componente central del proceso digital. Las redes de distribución de agua son complejas y requieren de las aportaciones de numerosas partes interesadas. Los entornos en la nube centralizan los datos, fomentan la transparencia y permiten la colaboración en tiempo real. Este ecosistema abierto acaba con los silos de datos, aumenta la visibilidad y favorece la interoperabilidad, lo que agiliza los procesos de gestión del agua.
Por último, la inteligencia artificial (IA) está transformando la gestión del agua mediante la predicción de fallos, la optimización del uso de los recursos y el apoyo a iniciativas de sostenibilidad. Los sistemas con tecnología de IA controlan los niveles de agua, predicen los caudales máximos, facilitan información para el mantenimiento predictivo, optimizan los tratamientos químicos y ajustan los parámetros operativos de cara a una mayor eficiencia energética.
En conjunto, estos avances digitales ponen de relieve el compromiso del sector hídrico de usar la tecnología para desplegar unas prácticas de gestión del agua sostenibles y eficientes.