Utilizar métodos de topografía tradicional para levantar planos de una zona que en esencia es una cuenca natural habría resultado una labor abrumadora, incluso peligrosa, y mucho menos precisa.
“Lo más normal habría sido contar con equipos de topografía; traerlos hasta aquí o encontrar en Fiyi a alguien que nos los alquilara o prestara”, explica el Dr. Anthony Lamanna, director técnico del proyecto de la presa, profesor de Métodos de Ejecución Alternativos y Medioambiente Construido y director de la Del E. Webb School of Construction de la Universidad de Arizona. “También podríamos haberla construido directamente, pero no habríamos optimizado la solución. El modelo que obtuvimos con los drones nos mostró que nos encontramos ante una cuenca engañosa. Por ejemplo, una altura ligeramente mayor de la presa habría provocado una mayor filtración del agua almacenada hacia los cauces naturales”.
Pero el modelado por RV era más fácil, económico y, como añade Cahill: “una auténtica gozada”. También facilitó trasladar los planos a los miembros de más edad del pueblo de Vorovoro, quienes no podían acudir físicamente hasta el emplazamiento para inspeccionarlo, y permitió enseñar a los posibles socios extranjeros no solo el aspecto de la presa, sino también los objetivos medioambientales y culturales del proyecto.
Mediante unas gafas HTC Vive y la plataforma Holodeck, de NVIDIA, el usuario de la RV puede inspeccionar la propuesta desde cualquier punto, ángulo y dirección. Cahill nos confiesa que “por lo general, no podemos responder a las preguntas técnicas que nos hacen sobre el emplazamiento”. No es nada fácil obtener medidas reales de un proyecto en cualquier parte del mundo. “Pero ahora tenemos los modelos en 3D; cualquiera puede ponerse las gafas y, en cierto modo, desplazarse hasta el lugar para medir o lo que necesite. Se ahorra tiempo y dinero, y es una manera mucho más eficiente de evaluar el proyecto entero”.