Casi de la noche a la mañana, una crisis inesperada y sin precedentes golpeaba el mundo: el coronavirus causante del COVID-19 se propagaba de un país a otro, sumiendo a los sectores público y privado en una búsqueda desesperada de soluciones mientras se cerraban empresas y fronteras, se enviaba a millones de escolares a casa y gran parte de los trabajadores de todo el mundo se veían obligados a adoptar el teletrabajo.
Sin embargo, y a pesar de la innegable dureza de algunos cambios repentinos y preocupantes, los seres humanos nos sabemos adaptar. La gente está aprendiendo rápidamente a sobrellevar esta nueva normalidad de aislamiento y distanciamiento social, a la vez que cuidan de su familia en una economía incierta. Y, al contrario que con las pandemias del pasado, el mundo moderno le brinda a la humanidad un gran consuelo: la capacidad de la tecnología para conectar a las personas.
Es vital para las empresas tener un plan integral de continuidad empresarial para asegurarse de que sus productos y servicios se mantienen disponibles, seguros y fiables para sus clientes y empleados. La seguridad y salud de sus empleados es de absoluta prioridad, y muchas empresas no han dejado de seguir de cerca la orientación que ofrecen los gobiernos y organizaciones de la salud en cuanto al coronavirus para poder tomar decisiones con conocimiento de causa.
Es preciso que los directores de sistemas de información cuenten con una estrategia informática que ayude a las personas a ser productivas desde cualquier lugar, de modo que los trabajadores de hoy en día vean posibilitada su labor. Si lo hacen, estarán en posición de apoyar a una plantilla remota con tecnología que permita trabajar a los empleados desde cualquier lugar, en todo momento y mediante cualquier dispositivo.
A medida que evoluciona la situación del COVID-19, muchas empresas están afanándose en facilitar que sus empleados trabajen desde casa. Aquí hay algunos ejemplos de soluciones y prácticas que simplificarán el teletrabajo.