La tecnología de carga y el modelo circular aceleran la revolución EV

Los vehículos eléctricos ganan terreno, pero aún hay trabas para su adopción. Dos empresas revolucionan hoy la tecnología de carga y reciclaje de baterías.


En Estados Unidos, el objetivo es que para 2030 el 50 % de las ventas de automóviles sea de vehículos eléctricos.

Una mujer carga un vehículo eléctrico.

Jen Ciraldo

1 de septiembre de 2025

min. de lectura

• El sector del transporte es responsable del 28 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, y los vehículos eléctricos (EV, por sus siglas en inglés) pueden ser la clave para desplazarse sin contaminar. 

• Entre los obstáculos para que los EV se popularicen están la escasez de puntos de carga públicos fiables y el proceso de fabricación de baterías, que aún genera mucha huella de carbono. 

• Dos start-ups están cambiando las reglas del juego en el mundo de los EV: ChargerHelp! usa análisis de datos y programas de formación para garantizar el buen funcionamiento de las estaciones de carga; Nth Cycle, por su parte, promueve un modelo circular, reciclando los minerales clave de las baterías —y formas más limpias de extraerlos—.

“Dentro de un año, espero, comenzaremos a fabricar un automóvil eléctrico”. Así lo declaró Henry Ford alNew York Times en 1914. La empresa Ford Motor Company había lanzado el Modelo T, de combustión, en 1908. Pero su amistad con Thomas Edison llevó a Ford a su siguiente gran proyecto: popularizar los vehículos eléctricos, que ya transitaban sin mucho protagonismo desde el siglo XIX. Incluso la esposa de Ford, Clara, prefería conducir el Detroit Electric. Sin embargo, la idea no cuajó, y Ford se topó con el mismo problema con el que se enfrentan los fabricantes de autos hoy: diseñar una batería capaz de “recorrer largas distancias sin recargar.” Más de un siglo después del intento de Ford, los vehículos eléctricos finalmente están viviendo su momento, y gracias a los avances en energía y materiales, esta vez es para quedarse. 

El mundo ha llegado a un punto crítico en cuanto al impacto humano sobre el clima, y el 28 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del sector transporte. De hecho, un automóvil emite, de media, unas 4,6 toneladas métricas de dióxido de carbono al año. Estos efectos medioambientales han inclinado la balanza en contra de los combustibles fósiles y a favor de fuentes de energía más sostenibles. En respuesta, los fabricantes de automóviles han intensificado la producción de vehículos eléctricos, y la Casa Blanca ha establecido como objetivo que, para 2030, el 50 % de las ventas de vehículos nuevos sean eléctricos. 

No obstante, hay aún una serie de obstáculos que superar antes de que estos vehículos eléctricos sean mayoritarios. En primer lugar, está la carencia de una infraestructura de carga fiable y con amplia cobertura: en EE. UU., hay 25 EV por cada estación pública de carga, y el tiempo mínimo de recarga ronda los 20 minutos. Además, la transición desde los vehículos a gasolina hacia modelos con baterías de iones de litio plantea un dilema medioambiental, dado que la extracción de los minerales necesarios conlleva prácticas mineras muy invasivas y contaminantes . Estos retos, sin embargo, suponen oportunidades para visionarios y emprendedores que buscan transformar la industria automotriz y acelerar el cambio hacia una movilidad más sostenible. 

Mejorar la tecnología de carga de EV para atraer más compradores

Un técnico inspecciona una estación de carga de EV
Un técnico de ChargerHelp! inspecciona una estación de carga de EV. Imagen gentileza de ChargerHelp!. Imagen gentileza de ChargerHelp!.

Según datos de Pew Research Center, la mitad de los compradores potenciales estadounidenses es reticente a comprar un vehículo eléctrico. ¿Una de las razones? No saber dónde cargarlo durante un viaje. Las estaciones de carga para EV aún no alcanzan la cobertura de las gasolineras: hay 141 000 estaciones de carga en todo el país, frente a 168 000 gasolineras, cada una de ellas con entre seis y 12 surtidores, lo que perpetúa la preferencia por los vehículos de combustión. En respuesta, el Gobierno federal ha anunciado una inversión en 500 000 nuevos cargadores para EV, junto con una normativa que exige que sean operativos el 97 % del tiempo. Aun así, la realidad hoy es bien distinta: según un estudio reciente de UC Berkeley, el 27 % de los puertos de carga en el área de la Bahía de San Francisco, considerada una meca para este tipo de vehículos, presentan fallos o están fuera de servicio. 

Kameale Terry y Evette Ellis fundaron ChargerHelp! para llenar un vacío crítico en la infraestructura eléctrica. Como describe Kianna Scott, vicepresidenta sénior de Formación y Desarrollo de la empresa, “Observamos cómo se fabricaban las estaciones de carga; cómo se desplegaban; cómo se instalaban. Pero después de la instalación, había un vacío enorme en lo que respecta a operaciones y mantenimiento”. 

Esta start-up, que participa en el plan Work and Prosperity de Autodesk Foundation, ofrece fiabilidad como servicio (RaaS, reliability as a service) para estaciones de carga. Los operadores pueden contratar a ChargerHelp! para que sus técnicos especializados en equipos de suministro para vehículos eléctricos, o EVSE (por sus siglas en inglés), acudan al sitio y vuelvan a poner en marcha el software con ayuda de la aplicación móvil Empwr. En los primeros tres años de vida de la empresa, los técnicos de ChargerHelp! han atendido 18 000 estaciones, lo que les ha permitido entender por qué fallan los equipos. “Los datos indican que, en torno a un 96 % de los casos, se trata de un problema de software” —explica Kianna Scott—. Además, gracias a estos análisis, se reduce el tiempo que los técnicos pasan en campo y contribuye, por tanto, a que las estaciones estén funcionando el 97 % del tiempo”. 

Primer plano de la tecnología utilizada para probar estaciones de carga de EV
Primer plano de la tecnología utilizada para probar estaciones de carga de EV. Imagen gentileza de ChargerHelp! Imagen gentieza de ChargerHelp!.

Pero este tipo de trabajo de campo especializado en alta tecnología exige un conjunto de competencias completamente distinto, que muchos profesionales aún no dominan. “Es un trabajo de campo práctico, con las botas en el terreno y las manos en la máquina —señala Scott—. Y refleja muy bien el cambio de paradigma que estamos viviendo. Aún necesitas un destornillador; aún necesitas una llave dinamométrica, o incluso un megóhmetro. Y, además, tienes que saber algo de software. Es una mezcla de lo físico y lo digital”. 

Pese a que ChargerHelp! se define, ante todo, como una empresa tecnológica orientada a promover la sostenibilidad en el sector de la automoción, ha sabido aprovechar esta oportunidad única para fortalecer las competencias laborales en el marco de la economía verde. “Esta transición energética es también una transición humana —sostiene Scott—. Ante la falta de personal especializado en operaciones y mantenimiento, decidimos apostar por el desarrollo de talento propio. Aunque no estaba en nuestros planes iniciales, esta decisión se ha convertido en una experiencia profundamente transformadora, en torno a la cual gira hoy nuestra visión y misión”. Parte de esa misión es garantizar que la próxima generación de trabajadores sea más diversa e inclusiva. “No es ningún secreto que ChargerHelp! esté dirigida por dos mujeres afroamericanas, una de Compton y otra del sur de Los Ángeles —comenta Scott—, lugares que no suelen asociarse precisamente con oportunidades de acceso”. 

La empresa colabora con agencias de empleo para capacitar a personas provenientes de grupos históricamente infrarrepresentados en el sector tecnológico. ChargerHelp! ha desarrollado un plan de estudios innovador, adoptado como estándar de formación por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE, por sus siglas en inglés), con el objetivo de acelerar la incorporación de técnicos en campo. Este programa no solo dota a los participantes de las competencias necesarias para promover la adopción en masa de vehículos eléctricos, sino que también les ofrece la oportunidad de acceder a empleos con salarios dignos en el contexto de una nueva realidad más sostenible. 

“En ChargerHelp! queremos seguir contribuyendo a que la gente confíe en los vehículos eléctricos y se anime a dar el salto —afirma Scott—, pero también asumimos el compromiso de ayudar a los miembros de esta comunidad para que puedan aprender, crecer en el ámbito profesional y tener un impacto real en la corrección climática”. 

Apostar por la sostenibilidad en la industria automotriz mediante un modelo de baterías circular

Como ocurre con muchos otros avances positivos, la electrificación de la industria automotriz también tiene su lado oscuro. Si bien los vehículos eléctricos reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, su fabricación requiere una gran cantidad de recursos críticos. Se estima que hasta seis veces más minerales que los autos convencionales, y para satisfacer la creciente demanda de aquí a 2035, será necesario abrir más de 300  nuevas minas en todo el mundo. 

Las baterías de iones de litio —clave para la transición energética— dependen de minerales críticos como litio, níquel, cobalto, manganeso y grafito. En la actualidad, el 95 % de estas baterías se desecha al finalizar su vida útil, lo que representa una pérdida económica y medioambiental enorme. Se estima que, para 2035, se habrán desechado más de 15 millones de toneladas de baterías, con un valor estimado en metales superior a los 18 mil millones de dólares. En respuesta a esta problemática derivada de la electrificación del automóvil, Nth Cycle propone una alternativa circular para extraer y usar estos materiales.

Vista del interior de una planta de reciclaje de componentes de carga para vehículos eléctricos
Trabajadores instalan el sistema Oyster de Nth Cycle en su planta de Fairfield, Ohio. Imagen gentileza de Nth Cycle. Imagen gentileza de Nth Cycle.

“Nth Cycle se distingue de las empresas tradicionales de reciclaje de baterías en dos aspectos clave: un modelo de negocio descentralizado que permite operar directamente en el lugar donde se encuentra el material, y una tecnología revolucionaria llamada ‘electro-extracción’, que transforma el proceso de refinado de metales —comenta Colin Mahoney, director de RR. PP. de la empresa—. Gracias a este enfoque, Nth Cycle colabora con mineros en origen para garantizar que los materiales que llegan al mercado tengan una pureza superior, reduciendo así la necesidad de seguir extrayendo recursos del entorno natural. Al mismo tiempo, ofrecemos a los recicladores una solución local y eficiente para tratar materiales al final de su vida útil, evitando el transporte internacional de residuos y fomentando la descarbonización. En ambos casos, nuestro sistema modular Oyster permite reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero”. 

El sistema Oyster identifica, recupera y refina metales específicos presentes en dispositivos como teléfonos móviles, imanes y baterías de vehículos eléctricos. Su tecnología central, desarrollada con Autodesk Fusion, emplea únicamente electricidad y agua, lo que permite reducir las emisiones en un 92 % frente a la minería tradicional y en un 44 % respecto a los métodos convencionales de reciclaje. Con un centro de producción propio en Fairfield, Ohio, Nth Cycle ofrece esta solución modular y compacta, que ocupa apenas 185 metros cuadrados y puede integrarse fácilmente en plantas de fabricación de baterías, para extraer y reciclar los metales directamente en el punto de origen. 

“Nuestro modelo de negocio se basa en establecer alianzas con empresas mineras, recicladoras de chatarra y fabricantes para ayudarles a refinar metales de forma sostenible —explica Erika Gammon, directora de Marketing de Nth Cycle—. Su diseño innovador combina rapidez, eficiencia y bajo impacto ambiental: ocupa poco espacio, recupera una gran cantidad de material y genera muy pocos residuos”. ¿El resultado? 18 mil millones de dólares en minerales que no acaban en los vertederos y que se mantienen en circulación para siempre. 

Vista aérea de un sistema de reciclaje de tecnología de carga para vehículos eléctricos en una fábrica
Vista de planta del sistema Oyster de Nth Cycle. Imagen gentileza de Nth Cycle.

Con su invención, Nth Cycle se convierte en la primera empresa de Estados Unidos en producir precipitado de hidróxido mixto (MHP, por sus siglas en inglés) un compuesto de níquel clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. A diferencia del MHP de otros países, que suele contener impurezas y baja concentración, el de Nth Cycle contiene casi un 90 % de níquel. 

Contar con una fuente local fiable de MHP es clave para reforzar la cadena de suministro y evitar que el “boom” de los coches eléctricos se quede sin batería. Redunda también en el interés de los fabricantes de automóviles a la hora de cumplir con la normativa. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 exige más inversión en energía limpia producida en EE. UU., y, para 2029, todos los componentes de baterías para EV deberán ser de origen nacional. La tecnología de Nth Cycle está diseñada para satisfacer esa meta. Como sostiene Gammon: “Con más regulaciones en camino y con la industria automotriz tratando de asegurar el suministro de metales, vemos una creciente necesidad de que Nth Cycle se integre en su modelo de economía circular”. 

Por fin, la transición hacia las energías limpias está cobrando fuerza en el sector de la automoción. Dado que el transporte es responsable de gran parte de las emisiones globales, su electrificación es vital para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y descarbonización. Con soluciones innovadoras y desarrollando el talento necesario para ponerlas en práctica, empresas como Nth Cycle y ChargerHelp! están haciendo posible esta transformación. 

Jen Ciraldo

Acerca de Jen Ciraldo

Jen Ciraldo es productora de medios y escritora. Genera contenido para revistas, películas, empresas y museos. Ya estemos hablando de hogares antiincendios en California o tecnología para mejorar la cultura del trabajo, su labor explora asuntos que impactan en cómo vivimos.

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