Cuando pensamos en el vivero de la iniciativa empresarial y la innovación, en seguida nos viene a la mente Silicon Valley, Nueva York o Estocolmo. ¿Y Santiago de Chile? Probablemente no, pero no por mucho tiempo
Chile es un país latinoamericano apreciado por sus exportaciones de minerales y metales (cobre) así como de productos agrícolas (madera). No se considera todavía un país desarrollado, aunque el ex presidente Sebastián Piñera estableció como objetivo convertir a Chile en una nación del primer mundo antes de 2020, y está cerca de conseguirlo gracias a los hechos extraordinarios que están teniendo lugar en la capital, Santiago, a la que algunos se refieren en tono humorístico como “Chilecon Valley”.
La organización gubernamental chilena Start-Up Chile (SUP Chile) estimula gran parte de este entusiasmo emprendedor de Santiago. Creada en 2010, el objetivo de esta asociación entre el sector privado y el público es promover que las compañías más jóvenes del mundo se trasladen a Santiago, donde SUP Chile puede ofrecer a las marcas emergentes dinero a fondo perdido, y un lugar donde poder vivir y trabajar, además de acceso a formación, mentores y, lo que es más importante, inversores en el mercado mundial. La ciudad consigue a cambio una nueva oleada de jóvenes y brillantes cerebros y renueva su imagen en una región ávida por reinventarse a sí misma.
Una población joven y en su mayoría urbana sostiene el delicado nuevo entramado de emprendedores, que ahora cuenta con el apoyo del Programa de Impacto Empresarial de Autodesk. La ambición de estos jóvenes empresarios es crecer y construir una comunidad y un mundo más sano. Esa filosofía es precisamente la que hace que Chile esté cambiando su sistema de energía por uno basado en la energía renovable, una tendencia que es excelente para Chile en su conjunto y también muy interesante para algunas de las nuevas empresas emergentes del país.
Consideremos por ejemplo, la compañía de tecnología limpia Suli Labs. A Suli le interesa una cosa en particular: acceder a la luz. El módulo solar portátil de la compañía no necesita electricidad ni ningún equipo especial. “Creemos que estar en un país con una naturaleza tan extraordinaria y extrema hace que deseemos cuidar de nuestro medioambiente, además de crear nuevas soluciones de una forma diferente, más humana y creativa”, comenta Ximena Muñoz, fundadora y directora ejecutiva de Suli Labs.