Gracias a los programas que realiza en México la Fundación Inclúyeme, muchas personas con discapacidad aumentan sus posibilidades de conseguir empleo y llevar una vida independiente.
Si bien en un principio se centró en mujeres y migrantes, la inclusión laboral abarca también a jóvenes, veteranos de guerra, personas del colectivo LGBTIQ+ y personas con discapacidad. En América Latina, cada vez más empresas apoyan programas de inclusión, ya que la diversidad dentro de los equipos de trabajo mejora el clima laboral y la productividad, y conduce a resultados mejores y más creativos.
Sonrisa permanente y ojos negros muy brillantes, la cara de Sherezada Martínez se ilumina cuando cuenta los logros del programa para personas con discapacidad que coordina en Fundación Inclúyeme. “Es una gran satisfacción ver cómo estas personas, a las que toda su vida les habían dicho que iban a depender siempre de sus familias, tienen todo un mundo de posibilidades por delante”.
Fundación Inclúyeme nació en 2008 en México como una organización sin fines de lucro para atender y educar a niños y niñas, jóvenes y adultos de bajos recursos que sufren de discapacidad intelectual y trastornos del espectro autista. Desde 2012, su Programa de Inclusión Laboral ha conseguido empleo para 145 personas con discapacidad en 43 empresas. Algunas de ellas también forman parte del Programa de Vida Independiente, en el que 33 jóvenes comparten vivienda con un grupo con niveles similares de funcionamiento y un alto grado de autonomía, aunque con el apoyo de un facilitador.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, en los países subdesarrollados el 4,6% de la población sufre de discapacidad intelectual; mientras que para los países desarrollados estas cifras se estiman entre un 0,5% y un 2,5% de la población. En México, es del 2,8% al 3,5%, lo que equivale a 3 millones de personas. A esa fuerza laboral apunta Fundación Inclúyeme, que además de capacitación brinda sensibilización en el entorno de trabajo. “Tenemos que romper con los miedos, las barreras y los estereotipos para ir cambiando el paradigma desde el cual nosotros vemos la discapacidad”, explica Martínez.
En ese sentido, un artículo publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo determina que la inserción laboral de personas con discapacidad “no consiste en ‘ayudarlos’ a ellos, sino en adoptar una perspectiva de innovación y productividad que nos permita valorar sus aportes”. Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que depende de las Naciones Unidas), las personas con discapacidad enfrentan enormes barreras para lograr la inclusión social y laboral.
“¿Qué hago, le hablo o no le hablo?”, “¿me va a entender?”, “¿qué pasa si le da una crisis aquí?” son algunas de las preguntas que sobrevuelan a los futuros compañeros de trabajo. “Nosotros les damos información para que desde el primer día el entorno ya sepa cómo acercarse. Contratar a una persona con discapacidad es apenas un paso del proceso hacia la inclusión”, afirma Sherezada.
Un ejemplo claro es el de Verónica, de 43 años, que trabaja como auxiliar en recursos humanos. Primero hubo que adecuar el perfil del puesto a lo que ella podía cumplir y realizar el proceso de sensibilización con su entorno. Y un facilitador asistió a la empresa el primer mes, hasta cuatro veces por semana. Luego se hicieron evaluaciones mensuales para reportar avances y requerimientos adicionales de capacitación.
“La persona no tiene que estar eternamente en el mismo puesto: la empresa debe darle la posibilidad de ascender y también de participar en los eventos sociales, para que pueda crecer tanto de manera vertical como horizontal. Así, va a modificar no solo su vida, sino la de todo el grupo”, explica Sherezada.
En abril pasado, Fundación Inclúyeme empezó a formar personas en el uso de programas de diseño asistido por computadoras. “Cuando hay discapacidad intelectual es difícil terminar estudios formales y esa ya es una limitación para integrarse a un empleo. Por eso, trabajamos con el apoyo de Autodesk, que dio becas de capacitación para que estas personas tengan mejores oportunidades laborales”, cuenta Sherezada.