Rodríguez Estrada explica que se trata de una estructura mixta de acero y concreto (SRC), que responde a las necesidades de la ciudad, la cual es una zona de vulnerabilidad sísmica intermedia.
Agrega que ATRIO es un proyecto “fast track”, por lo que el diseño no está finalizado cuando empieza la obra: “Durante la preconstrucción, se produjeron unos 40 modelos 3D; desde las tuberías hidráulicas y la estructura metálica hasta los modelos de fachada y unos cielorrasos (plafones) especiales de madera, que luego coordinamos a través de Navisworks”, detalla.
Por ejemplo, se estudió la excavación de los cinco sótanos y cómo había que ensamblar los nodos de la estructura metálica combinada con concreto.
“El primero de los sótanos es de doble altura, por lo que tuvimos una excavación a cielo abierto con unos 150,000 metros cúbicos de material retirado, que resultaron en 40,000 metros cuadrados de espacio de sótano”, recuerda el arquitecto.
“Se requería mucha logística; una secuencia de excavación muy controlada, dado que el suelo de Bogotá es arcilloso y muy poco estable”.
Otro de los desafíos fue el vertido del concreto de la losa de cimentación de tres metros de espesor, una gran roca que recibe todo el peso de la torre y lo transfiere a los pilotes.
“Logramos llegar hasta el fondo del sótano, construir esa losa y disparar la torre hacia arriba sin ningún retraso”, dice orgulloso Rodríguez Estrada.
“Debía ser una operación ininterrumpida para que la placa no tuviera juntas frías. Durante tres días, la descarga fue continua: hubo unos 1,200 viajes de mezcladoras de concreto durante 38 horas seguidas, día y noche. Todo fue planeado para que al momento no hubiera ningún problema”, apunta.
Para los elementos principales, como la estructura metálica y la fachada, compañías extranjeras formaron consorcios con empresas colombianas. Así, por ejemplo, los elementos que están en el cruce de las columnas diagonales –características de los diseños de Richard Rogers– fueron fabricados en Canadá y llegaron a Bogotá para ensamblarse con los elementos de producción local; lo mismo que la fachada de vidrio, cuyos paneles se producen en Italia por la compañía Permasteelisa.
Ya coordinados y medidos, llegan y se cuelgan en su posición final, como armando un gran rompecabezas.