Cientos de almacenes, algunos de ellos con más de 200 años de antigüedad, fueron restaurados para crear el complejo. Ubicados en una pendiente pronunciada, dichos almacenes están separados por estrechos callejones. Muchos de los edificios existentes fueron renovados por completo, incluyendo la sustitución de las vigas de madera originales y la restauración de la mampostería de granito original. Cuando no se podía reparar la estructura principal del edificio, se conservaron las fachadas. El proyecto cuenta con dos nuevos edificios que ofrecen una estética más contemporánea, pero siempre en armonía con el entorno histórico.
Además de restaurar numerosos edificios históricos, el equipo excavó a 18 metros de profundidad para instalar vigas de refuerzo que soportaran las estructuras restauradas, así como para construir un espacio que permitiera albergar tecnología moderna, como los sistemas de aire acondicionado, las rutas de suministro y el estacionamiento. Caldeira afirma: “Fue una tarea titánica; siempre contábamos con un equipo arqueológico, lo que requiere de mucha comunicación y coordinación”. Caldeira se comunicaba regularmente con los arquitectos empleando herramientas digitales.
Caldeira señala que el proyecto habría sido imposible de realizar sin la tecnología. Su equipo utilizó Autodesk AutoCAD y Revit para comunicarse con el equipo arqueológico, realizar pruebas de colisión y garantizar que no hubiera sorpresas desagradables en la obra. Esto ahorró tiempo y dinero, ya que pudieron simular la construcción con el software de Autodesk antes de comenzar, evitando errores en la obra. “La preparación es clave”, afirma.