Aunque Revolution Workshop es una organización para el desarrollo profesional de trabajadores, es también una comunidad. Organiza fiestas de barrio y ofrece seminarios educativos, ya sea para cubrir competencias necesarias para emprendedores o compra de propiedades, y van dirigidos tanto a estudiantes matriculados como a antiguos alumnos. Un elemento clave del programa es la enseñanza de las competencias para la vida cotidiana necesarias para salir adelante, incluidas las financieras, capacidad resolutiva y empleabilidad. Los estudiantes aprenden todo tipo de habilidades, desde la forma de comunicar hasta cómo hacer un presupuesto o redactar un curriculum vitae.
Rodriguez aporta una reflexión interesante: “En mi comunidad, tal vez haya personas que no hayan tenido un referente válido o alguien en quien inspirarse, alguien que se levantara y fuera a trabajar al modo tradicional”. Rodriguez indica que habla a estudiantes sobre la realidad del mundo del trabajo. Y añade: “En el sector de la construcción hay una cultura para la que tengo que prepararlos. No apoyo actitudes sexistas o racistas y no envío a nadie a que trabaje con contratistas que las manifiesten abiertamente, pero, si me preguntan si constatarán algo de racismo o sexismo en su trabajo, respondo de forma claramente afirmativa”.
Al final del curso, los estudiantes se reúnen con los empleadores, algunos son egresados del taller Revolution Workshop, y el objetivo es encontrar un puesto de trabajo. Los tutores de empleo les guían en su búsqueda. Rodriguez les dice: “Si quieres sindicarte o no, si quieres ser fontanero, electricista, carpintero o lo que quieras, eso depende de ti. Yo me ocupo de darte toda la información. Te voy a enseñar a afrontar a aquellas personas que dan una opinión sesgada y cómo extraer lo que necesitas de esa conversación para tomar así la mejor decisión posible”. Y continúa: “En eso consiste valerse por sí mismos, hay que darles herramientas para que sean autosuficientes”.
Daisy Benitez, una antigua alumna del taller Revolution Workshop, lleva ya tres años trabajando en el sector de la construcción y agradece el apoyo y las orientaciones que recibió: “Cuando era joven, quería ser arquitecta. Me interesaba trabajar con las manos y por eso me recomendaron el taller Revolution Workshop, que ha supuesto un cambio radical en mi vida”.
La organización unió a Benitez con un empleador con quien ella ha estado trabajando en hospitales, escuelas, un casino y ahora en la biblioteca Obama Presidential Library. Benitez compró recientemente su primera casa y es consciente de que está ayudando a cambiar los estereotipos de los trabajadores del mundo de la construcción: “Luego he visto más mujeres en el ámbito de la construcción, pero cuando empecé yo era la única en el equipo y eso me intimidaba. Me preguntaba si pensarían que no podía hacer las cosas que ellos hacían. Me siento muy orgullosa de las que se adentran en este sector. He visto mujeres de más edad hacerlo. Son ahora responsables de grupo, espero también poder serlo yo un día. Me encanta el taller Revolution Workshop. Están aquí para ayudar y cambiar la vida de la gente”.
Estudiante tras estudiante, Revolution Workshop está formando una fuerza laboral más diversa y preparada en la ciudad de Chicago. Trabajan incluso para cambiar políticas relacionadas con la igualdad laboral. Gracias a una adecuada capacitación y a la tecnología, la organización está definiendo el perfil de lo que una carrera exitosa en el sector de la construcción puede suponer, especialmente dirigiéndose a aquellos grupos que han estado excluidos de ciertos trabajos. Pero más importante aún es la mejora que consiguen en la vida de las personas.
A medida que los sectores de la construcción, la fabricación y el mantenimiento de los edificios se dirigen hacia un mundo más digital, serán necesarias más personas que tomen las riendas. Stacks+Joules, JARC-RI y Revolution Workshop están creando centros de aprendizaje sin importar la edad para empoderar a las plantillas laborales del mañana y que cuenten con competencias y oportunidades. No solo ellos salen ganando, también las empresas donde trabajarán en el futuro.