La capacitación en sostenibilidad: una apuesta de futuro

Tres entidades estadounidenses de la cartera de Autodesk Foundation están decididas a diversificar la plantilla laboral con capacitación en sostenibilidad.


Programas como la capacitación en automatización de edificios y gestión energética que ofrece Stacks+Joules están ayudando a preparar una nueva generación diversa de trabajadores capacitados con conocimientos digitales.

Imagen por gentileza de Stacks+Joules.

Aprendices de Stacks+Joules usando equipos de medición de luz

Jen Ciraldo

25 de marzo de 2025

min. de lectura
  • Los sectores del diseño y la fabricación se encuentran en un momento crítico por la cada vez más acuciante escasez de mano de obra y por el repentino auge de tecnologías avanzadas.

  • En los Estados Unidos han aparecido organizaciones encargadas de capacitar trabajadores para dotarlos así de la mentalidad digital necesaria para muchos de los trabajos emergentes.

  • Una adecuada capacitación no solo ayuda a los trabajadores, sino que beneficia también a los sectores donde se incorporan, lo que aporta mayor diversidad y sostenibilidad a largo plazo.

A medida que las tecnologías emergentes van generando mejores formas de trabajar e impulsan a las empresas del sector del diseño y la fabricación hacia un futuro más sostenible, nos encontramos ante un problema esencial: la escasez de mano de obra. No hay futuro sin personas y por eso varias organizaciones trabajan duro entre bambalinas para formar a una nueva generación de trabajadores. Se trata de entidades comprometidas con dotar de herramientas a una plantilla laboral más diversa y asegurar igualmente que sectores tales como la construcción, la fabricación y la automatización integral de los edificios se adaptan a los cambios actuales.

Stacks+Joules impulsa la nueva generación de trabajadores

El 4 de septiembre de 1882 fue una fecha crucial para el sector de la construcción. Por primera vez se encendieron las bombillas de los primeros edificios y calles de la ciudad Nueva York con luz generada por electricidad. Hoy el consumo energético de los edificios representa el 30 % del total mundial y el 27 % de las emisiones de gas de efecto invernadero. Para los próximos 40 años cabe esperar que se construyan 230 000 millones de metros cuadrados de edificios cada mes.

Con las nuevas mejoras tecnológicas y con el internet de las cosas, las instalaciones de los edificios ―como la climatización, la iluminación, los ascensores, la seguridad, la protección o el control energético― pueden ahora integrarse y automatizarse para que los edificios consuman únicamente lo que necesitan. Una plantilla laboral bien formada para hacer funcionar los edificios inteligentes puede ayudar a mejorar la eficiencia, eliminar los residuos y reducir su huella de carbono. Pero lo cierto es que un porcentaje importante de los trabajadores actuales se jubila sin que haya una nueva generación con las competencias necesarias para operar en esta nueva era de automatización.

Mike Conway, educador y cofundador de Stacks+Joules (juntamente con el tecnólogo Jon Spooner) comenta: “Podríamos referirnos a este tema como si estuviéramos comparando una tecla con un teclado”. Stacks+Joules es una organización sin ánimo de lucro radicada en Nueva York que se ocupa de cubrir la demanda de profesionales de la automatización integral de los edificios con una nueva generación de trabajadores que tengan las competencias necesarias. Y añade: “Al hablar con los equipos de mantenimiento de los edificios nos preguntamos cosas como ¿cuáles son las nuevas competencias?, ¿cuáles son las nuevas tareas para las que es difícil encontrar trabajadores? Es así como empezamos la conversación.”

Stacks+Joules diseñó un plan educativo de 14 semanas que permite adquirir una perspectiva digital y los conocimientos básicos necesarios para empezar a trabajar en los modernos sistemas de mantenimiento. Los estudiantes obtienen una titulación reconocida por el sector y también capacitación y acceso a tutorías de expertos en optimización y sostenibilidad de la edificación. El primer proyecto para los estudiantes es la codificación de un espectáculo de luces con una canción elegida por ellos, seguido de los conceptos básicos de climatización y, finalmente, integración de sistemas. Conway comenta: “Consiste en emplear software para hacer las simulaciones de los sistemas, que deben estar debidamente conectados y constituyen las bases para que puedan ser controlados de forma digital. Entonces ya puedes integrarlos y empezar a trabajar en la optimización del rendimiento de los edificios inteligentes”.

Jazmin, una recién graduada de un grupo de estudiantes de Stacks+Joules en Henry Street Settlement, explica el ciclo de refrigeración en un sistema de bomba de calor.
Los egresados del programa Stacks+Joules del centro Henry Street Settlement pueden demostrar sus competencias y mostrar sus proyectos en eventos colaborativos que cuentan con la presencia de empleadores potenciales. Imagen por gentileza de Henry Street Settlement.

Para conseguir mayor diversidad en el sector de la automatización integral de los edificios, Stacks+Joules se ocupa de trabajar con personas que suelen ser ignoradas en este campo. Así lo expresa Conway: “Nuestra misión, en un sentido amplio, es dar a más personas la posibilidad de trabajar en sectores que empleen la tecnología para el bien común. Lo hacemos a través del aprendizaje basado en el trabajo y en la asignación de puestos bien pagados y con buenas perspectivas”.

A fin de encontrar candidatos al programa, Stacks+Joules ha trabajado junto con el centro Henry Street Settlement, una organización sin ánimo de lucro que se ocupa de brindar oportunidades y servicios sociales a residentes del Lower East Side y demás neoyorquinos. Conway afirma: “Son una organización increíble que tiene más de 125 años de existencia y pone toda una gama de servicios a disposición de 50 000 personas de todas las edades”.

Ahmed Elnabaway recuerda que fue aquí donde escuchó hablar por primera vez del programa Stacks+Joules: “Henry Street me ayudó en gran número de situaciones. Mi primer trabajo fue con ellos, también me echaron una mano para redactar mi currículum y desarrollar competencias para las entrevistas”. Cuando Elnabaway tenía 19 años, su coordinador en Henry Street lo remitió a Stacks+Joules. Añade: “Pienso que si no me hubiera inscrito en Stacks+Joules muy probablemente habría estado indeciso sobre qué carrera seguir y posiblemente la ingeniería no me habría parecido tan interesante”.

Elnabaway se encuentra trabajando en el sector de la automatización integral de edificios en Nueva York y está ascendiendo rápidamente. Fue contratado como técnico en un primer momento y ahora es técnico a cargo de la puesta en funcionamiento. Se ha inscrito además en la universidad. Planes no le faltan: “Hay varias carreras que me interesan. A largo plazo me gustaría ser arquitecto, ingeniero mecánico, ingeniero eléctrico o ingeniero de software”.

Stacks+Joules colabora con Autodesk Foundation ayudando a estudiantes para que puedan obtener experiencia práctica con gemelos digitales y con la tecnología. Conway se muestra entusiasta: “Este proyecto con Autodesk Foundation está relacionado con nuestra iniciativa llamada DAB Lab, o laboratorio de diversidad y edificios automatizados. Encontramos un edificio propiedad de Henry Street Settlement con unos sistemas que no están en absoluto conectados. Tan solo hay un termostato en todo el edificio. Todo lo demás tiene únicamente dos modalidades: encendido o apagado”. Los estudiantes de Stacks+Joules actualizarán las instalaciones del edificio y crearán un gemelo digital para aprender a trabajar con datos en vivo.

Cada vez que termina un curso, Stacks+Joules lleva nuevo personal cualificado al sector de la automatización. Encontramos un ejemplo en Elnabaway, quien disfruta al formar parte de esta nueva generación de profesionales. Ve buenas perspectivas de futuro: “Me siento muy contento, me parece todo muy interesante y tengo ganas de aprender más”.

JARC genera oportunidades con el CNC e impulsa habilidades interpersonales

Una aprendiz de JARC aprende a operar una máquina CNC
Los egresados del curso de CNC que imparte JARC Rhode Island pueden obtener un certificado reconocido en el sector a través del National Institute for Metalworking Skills. Imagen por gentileza de JARC Rhode Island.

En los próximos años se espera que el sector de la fabricación añada 3,4 milliones de puestos de trabajo y, de ellos, dos millones no podrán cubrirse por falta de mano de obra cualificada en tecnologías de fabricación avanzadas. En el estado Rhode Island, situado en el noreste de los Estados Unidos, el 8.5 % de los puestos de trabajo se encuentran en el área de fabricación, pero una parte importante de las 1500 empresas de fabricación son de tamaño pequeño y no cuentan con recursos para formar a nuevos trabajadores.

Allori Fernandes es directora de Jane Addams Resource Corporation (JARC) Rhode Island, una organización creada para resolver este asunto. Para ella, el problema está claro: “Los trabajadores llevaban en sus puestos más de 40 años y no había nadie preparado para cubrir sus funciones cuando se jubilaran. No existía un plan de sucesión”. Al igual que el programa original JARC de Chicago, el centro de Rhode Island está comprometido con proporcionar profesionales cualificados diversos para los fabricantes locales.

Fernandes explica: “La finalidad de JARC no es únicamente ofrecer puestos de trabajo a la gente. Somos una organización diversa e inclusiva y nos centramos en crear oportunidades para aquellas personas que no suelen tenerlas. Son individuos que buscan una experiencia alternativa de aprendizaje, un programa rápido de formación para un trabajo y desarrollar así una carrera profesional. Cuando hablamos de comunidades relegadas, nos referimos a aquellos grupos que han sufrido opresión sistemática por género y etnia, personas de color, racializadas y mujeres. Tenemos inscrita una madre soltera que tiene más de 40 años y quiere cambiar de profesión. También un joven de 18 años que acaba de salir de secundaria y no sabe qué hacer con su vida. Se le dan bien las tareas manuales y se ha inscrito en JARC”.

JARC Rhode Island imparte un curso básico de fabricación y otro de control numérico computarizado (CNC) de 20 semanas, ambos gratuitos. La organización ofrece ayuda económica para cubrir costos de cuidado de niños, alojamiento, servicios básicos y transporte, a fin de asegurar que todos los estudiantes tienen igualdad de oportunidades para unirse al programa. Los estudiantes obtienen un certificado de competencias del National Institute for Metalworking Skills (NIMS) y se les asignan puestos de trabajo bien pagados, gracias a la alianza que existe entre JARC y Polaris MEP, un programa sin ánimo de lucro dedicado a hacer crecer el sector de la fabricación en Rhode Island.

JARC acompaña a los estudiantes en todo el proceso. Dice Fernandes: “La diferencia de JARC radica en que podemos ofrecer capacitación profesional al mismo tiempo que competencias personales en cuestiones financieras y presupuestarias, así como formas de adquirir confianza en las entrevistas de trabajo. Nos dirigimos a personas que no han tenido ese contacto antes. Les aportamos todo esto junto con las habilidades necesarias para retener el puesto de trabajo”.

Una persona con equipo de protección practica la soldadura.
Claudia, egresada de JARC, usa lo aprendido en el programa de formación y competencias para la vida cotidiana de JARC. Imagen por gentileza de JARC Rhode Island.

“Todavía estamos aprendiendo mucho y hay brechas en el ámbito de la fabricación; debería haber más mujeres en producción, más mujeres de color y también más personas de color ―continúa Fernandes―. La pregunta es cómo deshacernos del mito de que las mujeres no son buenas en matemáticas y que no les gusta la ciencia. También nos preguntamos por qué ese argumento sigue existiendo. El impacto ya es visible, porque, de las once personas que realizan prácticas en nuestro programa, cinco son mujeres y además disfrutan”.

Claudia es una de ellas: “Para mí esta oportunidad con JARC lo ha sido todo”. Claudia se había inscrito en JARC cuando buscaba perspectivas profesionales. Y añade: “Básicamente, lo que hacemos es estudiar prototipos, escribimos un programa y usamos la máquina primero con cera. Así adquirimos experiencia práctica, ya que ejecutas el programa que has escrito tú misma”. JARC ofrece muchas más cosas que las prácticas con los equipos; hay también sesiones para desarrollar competencias interpersonales llamadas Soft Skill Fridays, donde el objetivo es saber cómo prepararse para un puesto de trabajo, cómo llevar las finanzas personales y aprender a gestionar el dinero o a hablar en público.

A medida que la fabricación evolucione, también lo hará el plan de estudios de JARC. Los formadores están aprendiendo a usar Autodesk Fusion con el fin de preparar a los estudiantes para la transformación digital que afronta el sector. Fernandes mira al futuro: “Pensamos incluir fabricación aditiva y robótica en el plan. Quiero que nuestros egresados tengan perspectivas profesionales de futuro, que asciendan en el sector de la fabricación y que algún día sean supervisores. De igual forma, buscamos un mundo de la fabricación más diverso e inclusivo”.

Un ejemplo lo encontramos en Claudia, una de las alumnas estrella de JARC Rhode Island. Obtuvo su certificado NIMS y consiguió un puesto de trabajo en Lavigne Manufacturing, una empresa dedicada a la automatización, la robótica y la formación continua de su equipo. Comenta: “Me siento muy motivada en esta carrera profesional donde podré crecer y aprender constantemente”.

EL taller Revolution Workshop diversifica el sector de la construcción en Chicago

Los alumnos del Revolution Workshop trasladan materiales en el segundo centro de formación de la organización en Pullman, Chicago.
En el taller Revolution Workshop los estudiantes adquieren experiencia directa en el sector de la construcción. Imagen por gentileza de Jamie Kelter Davis, de Revolution Workshop.

En la ciudad estadounidense de Chicago se espera que los trabajos en el sector de la construcción crezcan en un 7 % hasta 2026. Aun así, en el mercado laboral existe una brecha del 57 % entre la oferta y la demanda. Además, en una ciudad con tanta diversidad, los trabajadores de este sector suelen ser blancos y hombres. En Chicago, el porcentaje de personas de color entre la población activa es de 17 % y aun así los trabajadores negros representan tan solo el 8 % del total de los profesionales. Y, si bien el porcentaje de puestos de trabajo ocupados por la comunidad latina ha subido en las tareas relacionadas con la construcción, la remuneración suele ser baja y hay pocas perspectivas de ascenso. Existe ahora una organización dispuesta a cambiar el rumbo de la situación.

Revolution Workshop es una entidad sin ánimo de lucro con sede en Chicago que ofrece formación para los trabajos en construcción, recursos profesionales y competencias para la vida diaria con el fin de ayudar a los trabajadores del mañana. Manny Rodriguez, fundador y director ejecutivo de Revolution Workshop, no deja lugar a dudas : “Nos dedicamos a ayudar a personas de comunidades desfavorecidas, y con esto quiero dejar claro que me refiero a la comunidad negra, latina y mujeres, con el fin de conseguir su incorporación al sector de la construcción. Yo crecí y pasé por una experiencia vital muy parecida, como casi todo el mundo a mi alrededor. Pero hubo personas que me apoyaron. Trabajé en la construcción de manera intermitente al mismo tiempo que seguía una formación universitaria. Obtuve mi titulación y decidí que mi objetivo iba a ser ayudar a las personas”.

Rodriguez se animó a crear un espacio que empoderara a otros. Señala: “Todos sabemos cuáles son los males sociales que afectan a las comunidades desfavorecidas en todo el país y concretamente aquí, en Chicago, también. Vemos violencia y todo aquello que termina siendo síntoma de la causa original, que es la pobreza. A mi modo de ver, la única forma de romper este círculo en una sociedad capitalista es aportando movilidad económica real y oportunidades. Eso es justamente lo que ofrece el sector de la construcción. Son vías profesionales con las que mantener a una familia”.

Revolution Workshop se creó en octubre de 2018 con cuatro trabajadores y diez empleados en prácticas. Hoy es una organización con unos 200 usuarios al año en dos emplazamientos de la ciudad. La entidad sin ánimo de lucro cuenta con dos vías: un programa de 12 semanas de aprendizaje previo que proporciona las competencias prácticas necesarias para trabajar directamente en puestos tales como carpintero, electricista o peón; y el curso de 14 semanas Construction Professional Pathways Program, centrado en la gestión de proyectos y en los aspectos administrativos de la construcción.

En el programa de trabajo de campo, los estudiantes aprenden gran cantidad de cosas, que van desde las herramientas a los cálculos, pasando por las competencias necesarias para la construcción. Rodriguez explica: “Construyen una solera y después levantan los muros. A continuación ponen el techo y lo recubren, para pasar después a la instalación eléctrica y a la fontanería. El curso concluye con tres semanas de experiencia práctica. Los incorporamos a un proyecto comunitario ―tal vez se trate de algo aquí en el taller que sea necesario construir― y les pagamos 15 dólares la hora”.

El programa formativo Construction Professional Pathways Program surgió de la Power Up Academy, un centro de estudios online. El taller Revolution Workshop dio sus primeros pasos trabajando con la empresa local de servicio eléctrico ComEd. En este programa formativo, los estudiantes empiezan a adentrarse en la tecnología de la construcción. “Les enseñamos las cuatro cosas fundamentales de AutoCAD [de Autodesk], conceptos básicos de gestión de proyectos, y después los derivamos a firmas de ingeniería, contratistas generales, promotores y oficinas de arquitectos para que cubran los puestos de categorías inferiores. Trabajamos con estas empresas para desarrollar las vías profesionales de formación. Es algo parecido a un programa de aprendices que cubre también el ámbito administrativo para que aprendan lo que sucede en esa otra parte sector”.

Aunque Revolution Workshop es una organización para el desarrollo profesional de trabajadores, es también una comunidad. Organiza fiestas de barrio y ofrece seminarios educativos, ya sea para cubrir competencias necesarias para emprendedores o compra de propiedades, y van dirigidos tanto a estudiantes matriculados como a antiguos alumnos. Un elemento clave del programa es la enseñanza de las competencias para la vida cotidiana necesarias para salir adelante, incluidas las financieras, capacidad resolutiva y empleabilidad. Los estudiantes aprenden todo tipo de habilidades, desde la forma de comunicar hasta cómo hacer un presupuesto o redactar un curriculum vitae.

Rodriguez aporta una reflexión interesante: “En mi comunidad, tal vez haya personas que no hayan tenido un referente válido o alguien en quien inspirarse, alguien que se levantara y fuera a trabajar al modo tradicional”. Rodriguez indica que habla a estudiantes sobre la realidad del mundo del trabajo. Y añade: “En el sector de la construcción hay una cultura para la que tengo que prepararlos. No apoyo actitudes sexistas o racistas y no envío a nadie a que trabaje con contratistas que las manifiesten abiertamente, pero, si me preguntan si constatarán algo de racismo o sexismo en su trabajo, respondo de forma claramente afirmativa”.

Al final del curso, los estudiantes se reúnen con los empleadores, algunos son egresados del taller Revolution Workshop, y el objetivo es encontrar un puesto de trabajo. Los tutores de empleo les guían en su búsqueda. Rodriguez les dice: “Si quieres sindicarte o no, si quieres ser fontanero, electricista, carpintero o lo que quieras, eso depende de ti. Yo me ocupo de darte toda la información. Te voy a enseñar a afrontar a aquellas personas que dan una opinión sesgada y cómo extraer lo que necesitas de esa conversación para tomar así la mejor decisión posible”. Y continúa: “En eso consiste valerse por sí mismos, hay que darles herramientas para que sean autosuficientes”.

Daisy Benitez, una antigua alumna del taller Revolution Workshop, lleva ya tres años trabajando en el sector de la construcción y agradece el apoyo y las orientaciones que recibió: “Cuando era joven, quería ser arquitecta. Me interesaba trabajar con las manos y por eso me recomendaron el taller Revolution Workshop, que ha supuesto un cambio radical en mi vida”.

La organización unió a Benitez con un empleador con quien ella ha estado trabajando en hospitales, escuelas, un casino y ahora en la biblioteca Obama Presidential Library. Benitez compró recientemente su primera casa y es consciente de que está ayudando a cambiar los estereotipos de los trabajadores del mundo de la construcción: “Luego he visto más mujeres en el ámbito de la construcción, pero cuando empecé yo era la única en el equipo y eso me intimidaba. Me preguntaba si pensarían que no podía hacer las cosas que ellos hacían. Me siento muy orgullosa de las que se adentran en este sector. He visto mujeres de más edad hacerlo. Son ahora responsables de grupo, espero también poder serlo yo un día. Me encanta el taller Revolution Workshop. Están aquí para ayudar y cambiar la vida de la gente”.

Estudiante tras estudiante, Revolution Workshop está formando una fuerza laboral más diversa y preparada en la ciudad de Chicago. Trabajan incluso para cambiar políticas relacionadas con la igualdad laboral. Gracias a una adecuada capacitación y a la tecnología, la organización está definiendo el perfil de lo que una carrera exitosa en el sector de la construcción puede suponer, especialmente dirigiéndose a aquellos grupos que han estado excluidos de ciertos trabajos. Pero más importante aún es la mejora que consiguen en la vida de las personas.

A medida que los sectores de la construcción, la fabricación y el mantenimiento de los edificios se dirigen hacia un mundo más digital, serán necesarias más personas que tomen las riendas. Stacks+Joules, JARC-RI y Revolution Workshop están creando centros de aprendizaje sin importar la edad para empoderar a las plantillas laborales del mañana y que cuenten con competencias y oportunidades. No solo ellos salen ganando, también las empresas donde trabajarán en el futuro.

Jen Ciraldo

Acerca de Jen Ciraldo

Jen Ciraldo es productora de medios y escritora. Genera contenido para revistas, películas, empresas y museos. Ya estemos hablando de hogares antiincendios en California o tecnología para mejorar la cultura del trabajo, su labor explora asuntos que impactan en cómo vivimos.

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