¿Llevarán Gannett Fleming y SKYPORT el servicio de VTC de Uber a los cielos?
Tienes programada una reunión importante y vas con retraso. El tráfico es de auténtica pesadilla. Sacas el móvil para decidir qué medio de transporte y qué ruta te permitirán llegar a tiempo. Unos minutos después, un coche de Uber te recoge en la puerta de casa y te deja en una plataforma cercana, donde un artefacto parecido a un helicóptero te espera para embarcar. En un momento, estás en vuelo de camino al trabajo. Según los expertos, este es el futuro del transporte compartido, y está más cerca de lo que piensas.
Gannett Fleming, una firma centenaria de ingeniería de infraestructuras, ha llevado el sueño del coche volador de la ciencia ficción a un diseño viable que puede estar a pocos años de convertirse en realidad. El concepto SKYPORT de esta empresa fue finalista en la cumbre Uber Elevate de 2018, en Los Ángeles, y ganó, también en 2018, un premio “Good Design Award” del Ateneo de Chicago.
El sistema SKYPORT de Gannett Fleming se apoya en vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), que operan desde plataformas de pequeñas dimensiones construidas sobre o entre edificios existentes. El objetivo original del proyecto era proporcionar un mecanismo de transporte seguro, capaz de trasladar a miles de pasajeros por hora desde un evento en un estadio, y lograr una adopción generalizada en 2028.
La propuesta tiene un diseño modular y flexible, pensado para conectar con los medios existentes de transporte público. El elemento central del concepto, llamado “PAW” (garra, en inglés), es una estructura dotada de una configuración modular, con espacio para operaciones de aterrizaje y despegue, carga de drones y áreas de espera para los pasajeros. Dependiendo de las necesidades de un área en particular, estas PAWS se pueden reproducir para multiplicar las estaciones disponibles para los clientes.
Aunque pueda parecer futurista, Paul Nowicki, presidente y director de operaciones de Gannett Fleming, profetizó esta idea durante un ejercicio de visión estratégica hace aproximadamente una década. “Había escrito dos cosas: coches voladores, como en Los Supersónicos, y extracción de minerales de meteoritos y la luna”, comenta. “Todos rieron al leer mis dos predicciones; y yo contesté: ‘no riais’. Dando un salto en el tiempo, unos nueve años más tarde, recibimos una llamada telefónica de Uber”.
Esa llamada puso en marcha una colaboración multidisciplinar en el seno de Gannett Fleming. Con las aportaciones de expertos en aeronáutica, seguridad, ruido, desarrollo sostenible y tecnología geoespacial, el equipo diseñó un puerto aéreo que pudiera ser flexible, respetuoso con el medio ambiente y, por encima de todo, seguro. Para ello, se basaron en la experiencia de la empresa en el transporte terrestre, incluido el proyecto PHX Sky Train para el traslado de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Phoenix-Sky Harbor. El Sky Train es el primer puente de tránsito del mundo sobre una calle de rodaje en uso, una completa solución de diseño donde se utilizaron AutoCAD de Autodesk, Civil 3D, Revit y otros productos para diseño, modelado y colaboración.
Este tipo de innovación en el diseño será aún más necesario en las próximas décadas. Según un informe de la ONU, en 2050, dos de cada tres personas vivirán en ciudades, lo que suma 2500 millones de personas a la población urbana actual. Para hacer frente a este crecimiento, se necesitará una inversión estimada en 94 billones de dólares (más de 85 billones de euros) en infraestructuras durante los próximos 20 años.
“La idea de la que parte SKYPORT es la movilidad aérea como forma de aliviar la congestión urbana”, menciona Teresa Peterson, vicepresidenta y miembro del grupo de trabajo sobre movilidad aérea urbana de la firma. “La gente se está mudando a nuestras congestionadas áreas urbanas a un ritmo creciente. Necesitábamos encontrar una solución para devolver a las personas el tiempo robado. Permanecer sentados en el tráfico, sin duda, no lo es. En una ciudad muy densa, no es fácil encontrar un solar donde construir un edificio gigantesco, por lo que era clave encontrar formas creativas de aprovechar los espacios urbanos existentes”.
Para desarrollar el concepto, el equipo de diseño analizó los datos y las regulaciones sobre helipuertos existentes, así como la investigación relativa a vehículos eVTOL de compañías como Boeing, Embraer y Bell. La idea es tan novedosa que requerirá pruebas exhaustivas y la redacción de nuevas normativas en materia de espacio aéreo a baja cota.
“La tecnología de las baterías juega un papel clave”, señala Nowicki. “Estamos buscando formas de almacenar y compartir la energía. Para ello, contamos con la participación de nuestra división energética, para ver cómo podemos conectar nuestras iniciativas de sostenibilidad en el proyecto. Otro aspecto importante es el ruido, esencial para Uber. El ruido de las palas de las aeronaves generalmente se transmite hacia la calle, por lo que hemos diseñado un sistema de deflectores para mitigarlo”.
Otra barrera importante es la psicología humana: cómo se mueven las personas espacialmente, cómo responden a la señalización y a las instrucciones en una era tecnológicamente más avanzada, y cómo se enfrentan al miedo a volar o a los espacios reducidos. “Consultamos a distintos expertos en seguridad”, comenta Peterson. “Los usuarios de SKYPORT pueden hablar diferentes idiomas y dialectos, y no podemos responder a todos los códigos culturales. La comunicación tiene que ser rápida; por eso pensamos en el color u otras maneras de transmitir información”.
Uber ya utiliza el color en su sistema de balizas, el cual aún no está disponible universalmente. En él, la aplicación del smartphone del usuario se sincroniza con el color que muestra el conductor en su automóvil, lo que permite que se encuentren fácilmente, por ejemplo, entre una multitud de noche. Según explica Nowicki, “Tiene que ser intuitivo. Tiene que ser fácil. Si no se entiende al instante, la gente no lo usa”.
Conseguir que la gente se acostumbre a la idea de los aerotaxis será un reto; y que se acostumbre a la idea de los aerotaxis no tripulados también lo será. Este verano, Uber lanzó un programa con helicópteros convencionales en la ciudad de Nueva York para trasladar a los pasajeros entre el aeropuerto JFK y el Bajo Manhattan, y que reduce la duración media del trayecto a la mitad, o incluso 75 %. La teoría es que, a medida que la idea se expanda, también lo hará la confianza de los pasajeros al subirse a una aeronave para cruzar la ciudad.
“Avanzará progresivamente”, asegura Shane Campbell, director del área de transporte y miembro del grupo de trabajo sobre movilidad aérea urbana de Gannett Fleming. “La FAA es cautelosa y prudente en su enfoque, ya que la seguridad es de suma importancia. El sector sabe que habrá infinidad de datos que prueben la viabilidad del sistema. Inicialmente, se utilizarán aeronaves pilotadas, y ahí es donde tendrán lugar las pruebas y la recopilación de todos los datos”.
Pero para alcanzar esta visión, y para ver un aumento en la tasa de adopción y un descenso en los precios del servicio, las naves eVTOL tendrán que ser no tripuladas, afirma Campbell. “Afortunadamente, estamos observando un cambio en la aceptación de la movilidad como servicio. Cada vez hay más personas dispuestas a pagar por este tipo de movilidad. A medida que la tecnología avance, el número de pasajeros y la tasa de adopción irán a la par”.