Todos los caminos llevan a la innovación y a la economía de plataformas
- La economía de plataformas ha cambiado los modelos de negocio y ha abierto las puertas a la innovación.
- Aquellas empresas de construcción, ingeniería, arquitectura y fabricación que adoptan el uso de plataformas pueden resolver problemas tradicionales mejorando al mismo tiempo la productividad, la transparencia y la resiliencia.
- Cuando en las empresas se combina el trabajo en plataformas con la innovación, surgen enormes posibilidades que permiten diferenciarse, competir y cambiar el mundo.
Ya estemos hablando de ver una película por streaming, entrar en las redes sociales o abrir una aplicación en nuestros teléfonos inteligentes, lo cierto es que para ello empleamos plataformas. Por medio de ellas no solo las empresas cambian su forma de operar —eliminando el trabajo en compartimentos aislados, aumentando la colaboración y generando nuevas oportunidades para la innovación—, sino que también se están convirtiendo en un factor determinante para el éxito.
Cuando las empresas seguían un modelo de negocio lineal, su forma de competir era principalmente mediante el desarrollo de productos o servicios para sus clientes. Bajo aquel modelo, los flujos de trabajo estaban amalgamados en programas de software incompatibles y eso generaba un contexto ineficiente de almacenamiento en compartimentos separados. La innovación estaba acotada por los límites de esta estrategia fragmentada. Ahora, las plataformas han cambiado esta coyuntura, han alterado el curso de los modelos de negocio tradicionales y han creado nuevas formas de innovar.
Según McKinsey, las plataformas digitales representarán el 30 % de los ingresos mundiales para 2025; es decir, en torno a 60 billones de dólares. A pesar de estas estimaciones, tan solo un 3 % de las empresas han desarrollado una estrategia de plataformas.
En sectores donde suele haber proyectos transversales presentes en multitud de empresas y cuando se opera en distintos husos horarios, como sucede por ejemplo en la arquitectura, la ingeniería o la construcción (AEC, por sus siglas en inglés), es especialmente importante el uso de las plataformas. Mediante un uso generalizado de la misma plataforma en vez de emplear un software local e incompatible, el proceso de construcción avanza con menos obstáculos.
Si bien las empresas de los sectores AEC han tardado en adoptar el modelo de trabajo en plataformas, la situación está cambiando. Según McKinsey la tecnología de la construcción recibió 25 000 millones de dólares por parte de inversores entre 2014 y 2019. Con la aceleración de la transformación digital durante la pandemia de la COVID-19 y el crecimiento de la Industria 4.0, más empresas de la construcción y la fabricación están sacando partido de herramientas interconectadas y sumándose progresivamente a la economía de plataformas.
¿Qué es una economía de plataformas?
Una plataforma es un lugar de trabajo común, un entorno integrado que permite interacciones sin fricción entre usuarios. Se trata de un ecosistema en el que se producen integraciones de software y donde los desarrolladores externos pueden añadir valor a dicha plataforma y para sí mismos. Encontramos un ejemplo en eBay y su creación de un centro virtual de compra y venta al que toda persona puede inscribirse y convertirse en “comerciante minorista”. Las plataformas suponen un cambio de planteamiento, no únicamente en términos de tecnología sino también a nivel de empresa y de estrategia. No hablamos ya de vender un producto simplemente, se trata de vender un servicio fundacional.
La economía de plataformas, también llamada “economía compartida” o “economía gig” es una tendencia de mercado que permite la creación de modelos de negocio por medio de plataformas digitales.
Si bien solemos pensar en las plataformas como si fuera algo nuevo y moderno, lo cierto es que su existencia se remonta a bastantes años. Empresas como IBM, SAP o Microsoft llevan décadas creándolas. Hoy en día, la computación en nube ha permitido un salto considerable. Gracias a estos ecosistemas abiertos podemos acceder a datos e información en tiempo real, creando integraciones sin obstáculos entre tecnologías y generando un espacio de colaboración entre múltiples actores.
Las plataformas basadas en la nube son caldo de cultivo para la innovación porque, cuando se centralizan datos, se puede acercar a estos unos recursos computacionales sin precedentes. Se puede impulsar así la innovación mediante la generación de valor a partir de los datos de los clientes, algo de lo que a su vez ellos también se benefician como no lo habían hecho nunca.
Otra ventaja para las empresas de plataformas es que suelen requerir menos inversión material que las empresas tradicionales y pueden alcanzar el éxito más rápidamente. Según Marshall Van Alstyne, profesor de sistemas informáticos de la Universidad de Boston y coautor de Platform Revolution, la empresa automovilística BMW, fundada hace ya más de un siglo, tiene un valor de mercado de 53 000 millones de dólares. Como contraste, Uber, que se fundó en 2009, tiene un valor de 60 000 millones de dólares.
Generar o no una plataforma
Para tener una plataforma exitosa se necesitan clientes; a su vez, para tener clientes, algo debe atraerlos a ella. Podríamos decir en resumidas cuentas que lo que hay que crear es valor. Las mejores plataformas son aquellas que cuentan con las capacidades más convincentes. Es aquí donde radica la importancia de la innovación. Si no eres innovador, no es este el lugar en que puedas seguir rápidamente los pasos de los demás. Se trata de un ámbito en que las empresas deben pensar de forma valiente, desarrollar previsiones estratégicas y hacerse preguntas tales como: “¿En qué dirección van a avanzar las cosas? ¿Cómo va a cambiar el mercado? ¿Qué necesitarán nuestros clientes en el futuro?”.
Un ejemplo perfecto de esto lo encontramos en Tesla. Se trata de una empresa que desde el principio tenía un planteamiento en términos de plataforma y construyó algo más que un vehículo eléctrico. Lo que hizo fue desarrollar un ecosistema de transporte y una infraestructura de energía eléctrica, es decir una plataforma completa para apoyar su producto. Si Tesla se hubiera ocupado de construir únicamente un mejor automóvil, habría fracasado.
Lo que esta empresa hizo, por otra parte, fue redefinir la fabricación automovilística e introducir un nuevo tipo de vehículo con integración energética, eléctrico y eficiente. Una forma rápida de medir su éxito es ver cuántos Teslas circulan actualmente por las carreteras. Elon Musk tiene el hábito de poner en entredicho el statu quo y así ha generado todo un caudal de innovación, como la empresa start-up galáctica SpaceX y los planes para emplear tecnología Hyperloop.
No es fácil generar una plataforma que suscite interés. Autodesk ha estado trabajando más de diez años en una plataforma desarrolladores llamada Forge, que tiene la visión a largo plazo de conectar clientes y datos. Dicho esto, para adoptar una forma de operar en plataformas y ser parte de la economía de las mismas, no es necesario generar una propia. No todas las empresas tienen las posibilidades y además, según MIT Sloan, el 85 % de las plataformas no sobreviven a largo plazo.
Cabe señalar que las plataformas se convierten rápido en un océano rojo, y ante la pregunta de si hay margen suficiente para 12 plataformas en el sector de la construcción, la respuesta es un no rotundo. Pero por otra parte, si planteamos la pregunta de si más de 12 empresas se consideran idóneos propietarios de una plataforma de construcción, la respuesta es afirmativa. Por consiguiente, la conclusión lógica es que de no poder vencerlas, mejor unirse a ellas.
Si miramos el ejemplo de Netflix constatamos que con 207 millones de suscripciones es la empresa de emisión por streaming y subscripción más grande del mundo, algo que no consiguió construyendo su propia estructura de servidor, sino empleando los servicios de Internet que ofrece Amazon Web Services. La empresa empezó a operar enviando DVD por servicio postal para construir su base de clientes, si bien su objetivo a largo plazo fue siempre convertirse en una empresa de emisión por streaming. Fue una decisión empresarial inteligente que les permitió innovar, crear una nueva forma de consumir contenido mediático y lograr un nivel tan alto de éxito.
La mayoría de las empresas de construcción tendrán también que operar con plataformas externas porque generar la suya propia no tiene mucho sentido. Con el aumento en la construcción de servicios de computación en la nube, muchas organizaciones tendrán multitud de oportunidades para sacar partido de las plataformas y lograr mayor productividad, operaciones más eficientes, más ahorros e innovación.
Formas en que las plataformas impulsan la innovación
Por innovación entendemos la forma como se altera el modo de operar de las empresas y se generan nuevas formas de pensar. Airbnb no se incorporó al sector hotelero levantando hoteles, sino redefiniendo el concepto del alojamiento y construyendo una plataforma en que las personas pudieran encontrar alojamiento y alquileres de corta duración.
De la colaboración suele surgir la innovación, y las plataformas basadas en la nube son centros de colaboración que han sido diseñados para ello. Un 83 % de ellas tienen socios provenientes de al menos cuatro sectores distintos. La razón es que, al conjugar conocimiento experto dispar, las empresas pueden combinar sin límites el ingenio humano con la computación en la nube.
Las plataformas conjugan los flujos de trabajo y posibilitan la automatización, lo que mejora la capacidad de una empresa para destinar más recursos a generar ideas y soluciones. Permite que haya un movimiento simultáneo de flujos de trabajo y que los participantes puedan interactuar al mismo tiempo. Mediante una cadena de valor conectada, las empresas AEC pueden resolver antiguos problemas que limitaban la innovación.
3 ventajas de emplear una estrategia de plataforma
1. Eliminación de la inactividad
En fabricación industrial los tiempos de inactividad son costosos, hacen perder tiempo y suponen unas pérdidas para el sector que giran en torno a los 50 000 millones de dólares anuales. En una fábrica inteligente donde se hace uso de plataformas y del Internet de las cosas, los tiempos de inactividad se limitan gracias a la capacidad del mantenimiento predictivo.
2. Crear resiliencia frente a la cadena de suministro
A principios de la pandemia de la COVID-19, el 94 % de las 1000 empresas en la lista Fortune habían experimentado alteraciones en la cadena de suministro. Gracias a una plataforma integrada que crea una red de empresas y proveedores, las empresas pueden alternar y aprovisionarse de otro proveedor durante una crisis.
3. Reducir la reelaboración
El 52 % de la reelaboración en los proyectos se debe a una mala comunicación. Mediante la creación de un entorno de datos comunes con plataformas basadas en la nube, hay una sola fuente de información compartida por todos para lograr una mayor transparencia y una resolución de problemas más fácil en la fase de diseño.
Podríamos pensar en las plataformas como si fueran galaxias llenas de información y movimiento. Los datos entran y salen, pero en definitiva son entidades autónomas. Cuando dichas plataformas pasan cierto umbral de madurez, las empresas ven el valor generado por su interoperabilidad. Crean entonces un ecosistema de plataformas interconectadas en las que los distintos sectores pueden converger, abriendo todo un universo de posibilidades y un sinfín de oportunidades para la innovación.
Cuando se producen suficientes innovaciones atractivas, empiezan a aparecer fenómenos interesantes en tanto dichas innovaciones se van conjugando y construyendo conjuntamente. Cuando se combina la forma de operar en plataformas con la innovación, se suman elementos y generan algo que es mayor que las creaciones individuales. Se empiezan a producir conexiones interesantes que brindan un potencial increíble para la diferenciación, para competir y para cambiar el mundo.