Si la promulgación de leyes nacionales o supranacionales sobre privacidad más estrictas (en la UE, EE. UU. y otras regiones) significa que las empresas no van a ganar tanto dinero a través del modelo de publicidad y tienen que buscar otras formas de obtener beneficios, que así sea.
Al ser transparentes, las empresas que no están en la categoría de grandes corporaciones pueden destacar más fácilmente el beneficio económico para el consumidor y proporcionarle servicios más innovadores. Por ejemplo, Katrina Lake lanzó Stitch Fix, un servicio de estilistas personales por Internet, con la intención explícita de ofrecer una solución centrada en el cliente “de manera personalizada, capaz de aprender y con un toque humano”.
Mediante la combinación de ciencia de datos con interacción humana, Stitch Fix personaliza la moda, adaptándola a las preferencias estilísticas y a las características anatómicas del usuario. Cuanto más trabajas con un estilista en particular, mejor te conoce y te envía más prendas que te gustan y quieres conservar.
La legislación que otorga a los consumidores mayor control permite crear un caldo de cultivo para empresas más centradas en el cliente, como Stitch Fix. Porque deberíamos poder optar por recibir recomendaciones, sin que se haga uso de nuestro perfil con fines publicitarios. E incluso si no se establece una relación directa con otro ser humano, los motores de recomendación pueden ayudarnos a encontrar cosas más rápido y ahorrarnos la molestia de hacer búsquedas a ciegas en Internet. Es un modelo que parece funcionar para los suscriptores de Netflix: el 75 por ciento de los contenidos que se consumen en Netflix son fruto del algoritmo de recomendación.
¿No sería perfecto recibir recomendaciones para nuestras compras a sabiendas de que son fiables y sin ningún sesgo interesado? Si se nos ofrecieran sugerencias oportunas, en lugar de anuncios de pago, no lo veríamos como una intrusión. Yo, sin duda, prefiero recibir recomendaciones que no estén guiadas por terceros o anunciantes.
Mientras tanto, los motores de recomendación son una herramienta valiosa para las empresas que comercializan algún producto o servicio si les ayuda a convencer a un número suficiente de personas para que lo compren. Si crean un buen producto que la gente quiere, en vez de pagar por anuncios para asegurarse de que sus recomendaciones aparezcan en primer lugar, tanto mejor para el consumidor.
Al fin y al cabo, las empresas tienen que moverse en esa dirección, ya que la normativa sobre privacidad está cobrando fuerza. El objetivo de dicha legislación debe ser incentivar a las empresas para que hagan uso de los datos para devolver valor, y no solo para extraerlo. De ese modo, las empresas tendrán que encontrar formas de utilizar los datos para aportar valor a sus clientes, no solo para obtener de ellos un beneficio económico.
Si las empresas actúan de forma transparente y proporcionan a los clientes el control de sus datos personales, las oportunidades de cara a la innovación estarán listas para dar fruto. Y quizá esa innovación ayude a la gente tomarse unas vacaciones de vez en cuando.