Para definir ―o redefinir― el objetivo de tu empresa, lo primero es formular una pregunta básica: “¿Cuál es la razón de su existencia?”. Y luego responderla desde las perspectivas de sus distintos componentes. Será necesario entrevistar o encuestar a los empleados, los clientes y los asociados. Todas estas distintas partes interesadas guardan información vital. Preguntarles lo que, en su opinión, la empresa representa puede ser una forma de determinar con mayor precisión el objetivo central.
Durante este ejercicio, también puede ser de utilidad presentarles algunos enunciados para ver cómo reaccionan. Poner a prueba palabras y frases reales. Ver qué recuerdan y qué pasan por alto.
Durante el proceso de evolución de nuestro objetivo en Autodesk, nos dirigimos a algunas de las empresas con las que trabajamos y les dijimos: “Nuestra función es la de un asociado, no la de un proveedor. ¿Qué piensan al respecto? ¿Qué significa esto?” Muchos de los comentarios que recibimos afirmaron: “Para nosotros, ser nuestros asociados significa arriesgarse con nosotros”. Un proveedor solo se atiene a un contrato. Entrega lo que sea, y pasa al próximo cliente.
Cuando recibas las opiniones de los socios y los clientes, presta mucha atención a lo que dicen. ¿Interpretan las ideas de tu empresa de la forma esperada? Pregúntate, además, si consideras que el objetivo tendrá vigencia suficiente para cubrir los próximos 10 o 15 años de tu empresa. Para que un objetivo sea eficiente, debe comunicarse sistemáticamente, estar relacionado con lo que hace la empresa, y sobre todo, debe ser plausible y genuino.