Otra de las líneas de negocio de EPM es la generación de energía, tarea en la cual vienen innovando desde hace décadas.
En Antioquia siempre ha existido el interés por aprovechar cualquier caída de agua para generar energía eléctrica; y como la ciudad de Medellín se encuentra situada en un Valle Andino, las diferencias de altura existentes en su topografía facilitan esa tarea de generación de energía renovable. Lo novedoso es que EPM está logrando dar un doble uso al agua potable, en cuanto al consumo y a la microgeneración eléctrica, aprovechando la ley natural de transformación de energía, mejorando su posición para atender la creciente demanda energética
“La generación de energía es un concepto que está en el ADN de nuestra organización. Por ejemplo, tenemos una planta de agua potable con 70 años de existencia que genera energía eléctrica: el agua la traemos desde una elevación de 2,400 metros y la planta está en 1,600 metros, por lo que hacemos una caída natural para poder traerla”, indica Ochoa Posada.
“Contamos con una generadora de energía en vez de tener una válvula que disipe. Y con las otras plantas grandes de potabilización que se han construido a lo largo del tiempo se ha seguido la misma ruta, lo que nos ha ayudado balancear el consumo de energía”.
Así, en un año normal, EPM genera más energía que la que consume, por lo que también produce ingresos adicionales, ya que opera la planta y vende el excedente. Esta energía se destina al resto de usuarios de la red pública, con un modelo replicable en municipalidades montañosas con riqueza hídrica.
Hoy tienen tres plantas generadoras en las plantas principales de agua potable y varias microcentrales a través de la red. “Actualmente estamos probando un prototipo de microturbinas en la red de distribución, es decir, en las tuberías que ya están en los barrios, para que generen la energía que alimente toda la instrumentación de una estación reguladora de presión. Así, todas las señales y la operación remota se podrían hacer con el mismo flujo de agua que pasa por ahí”.
Además, tienen plantas de tratamiento de aguas residuales, las cuales consumen una alta cantidad de energía en sus procesos.
“Ya hemos logrado alcanzar el 100 % de generación en una de ellas y hasta tenemos un excedente. En otra, con 21 años de operación, generamos 40 % de la energía que se necesita”, subraya Ochoa Posada.
En estas plantas, la energía eléctrica se obtiene de los lodos que se van generando durante el proceso de descomposición de la materia orgánica, los cuales se llevan a un biodigestor para estabilizarlos y ahí se genera metano, el cual se puede usar para producir electricidad. “Es otro ejemplo claro de economía circular”, asegura el vicepresidente de EPM.
La empresa está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas y utiliza la tecnología para obtener información precisa y así disminuir la incertidumbre dentro de un ambiente urbano que cambia y se renueva todo el tiempo.
De esta manera, EPM ha aprovechado tecnologías como BIM para modificar su estrategia sin necesidad de afectar a los usuarios y sin dejar de lado sus planes a futuro, conservando siempre su visión de respeto al medio ambiente, cumpliendo los nuevos lineamientos de las autoridades nacionales y velando por la calidad del servicio público mas importante para la preservación de la salud y la vida.
“Pocas empresas de acueducto en el mundo pueden decir, como nosotros, que están viendo de 50 años para adelante”, concluye Ochoa Posada.