Para cumplir su misión, Revo Foods desarrolló la Food Fabricator X1, una impresora 3D de alimentos con la que la empresa ha llevado sus primeros productos a los supermercados. La Food Fabricator X2, que según Simsa es “mucho más rápida y mejor”, debería estar lista este verano.
La nueva Food Fabricator X2 cuenta con un novedoso sistema multiboquilla que permite la producción continua de alimentos, una clara ventaja para volúmenes elevados. Como afirma Simsa: “Si combinamos la fabricación aditiva con este enfoque de múltiples boquillas para conseguir una mayor producción en cada serie, llegamos rápidamente a volúmenes que son muy respetables para un sistema de producción completo”.
La impresora 3D de alimentos también incluye un sistema de extrusión de alta precisión que permite combinar ingredientes en cualquier estructura predefinida, por lo que es posible crear productos con formas, estructuras y texturas personalizadas sin necesidad de hacer grandes ajustes en el hardware al imprimir.
“Es la primera vez que se puede conseguir esta variabilidad en el aspecto, la composición o la textura del producto con solo un cambio de software ―subraya Simsa―. Esto también da a los diseñadores y desarrolladores de productos, así como a los equipos de marketing, mayor libertad a la hora de sacar al mercado una oferta similar o una completamente nueva”.
Hoy en día, esta versatilidad solo atañe a los alimentos que contienen los mismos ingredientes, pero Simsa afirma que abre la posibilidad de producir grandes volúmenes de productos con sutiles variaciones, a diferencia de los actuales métodos de producción en serie, que solo son capaces de fabricar productos idénticos.
Como sostiene Simsa: “Creemos que el mayor impacto se puede lograr con un sistema de producción de gran volumen, con el que llegar al mayor número de personas posible, por lo que hablamos tanto de minoristas como de grandes distribuidores”.