3 ideas para aprovechar en una vivienda los productos de baja emisión de carbono

Conforme las temperaturas mundiales alcanzan máximos históricos y disminuyen los casquetes polares, los ciudadanos vamos comprendiendo que el cambio climático no solo pone en riesgo nuestra salud y bienestar, sino que también es una amenaza para nuestro futuro y la habitabilidad en todo el planeta. Sin embargo, el problema del clima suele parecernos demasiado complejo e inabarcable. Ahí entra en escena el diseño reductor de emisiones de carbono.
Los ingenieros, científicos y diseñadores de todo el planeta sienten la responsabilidad de crear con urgencia productos de baja emisión de carbono para provocar un descenso significativo y cuantificable de las emisiones de las viviendas. Estos creadores de vanguardia buscan nuevas maneras de reducir el impacto negativo de los consumidores a escala mundial. A continuación exponemos tres posibles soluciones que, aplicadas de forma generalizada, podrían ayudar en la lucha contra los devastadores efectos del cambio climático.
1. Revolucionar las instalaciones tradicionales con mejores equipos
Pensar a lo grande, sin complejos. Ese es el mensaje de Vince Romanin, cofundador de Treau, una empresa con sede en San Francisco que fabrica unidades de climatización ecológicas para viviendas.
Tras analizar los datos de los estudios más recientes sobre energía y emisiones residenciales y comerciales, Romanin estima que la calefacción y refrigeración de personas y alimentos suponen el 15 % de la energía mundial consumida (de hecho, su huella de carbono supera la del transporte). Además, la creciente demanda de aire acondicionado en las economías emergentes hace pensar que su consumo energético y emisiones no dejarán de crecer.

“Los datos muestran que casi todo el mundo compra el equipo más barato, así que lo más sensato desde un punto de vista medioambiental es procurar que las unidades más económicas sean más eficientes y no tanto diseñar sistemas supereficientes más caros”, explica Romanin. “Tenemos que incidir en la gráfica ʻcoste-eficienciaʼ y conseguir un rendimiento mucho mayor con un coste similar o menor, porque es la única manera de que esos sistemas más ecológicos se generalicen”.
Los científicos de Treau intentan posicionarse a la vanguardia de la climatización para reducir las emisiones de carbono de este sector. Romanin confía en que antes de un año podrán tener en el mercado unidades pequeñas y baratas fabricadas con materiales más eficientes, refrigerantes ecológicos y una bomba de calor cuyo rendimiento triplique el de unidades alimentadas por combustibles fósiles, que contribuyen al calentamiento global. Además de fabricar estos equipos asequibles para su mercado objetivo, los diseños de Treau simplifican la instalación (no necesitan técnicos especializados) y abaratan el mantenimiento.
“Lo fundamental es que tu vivienda y tu coche se alimenten únicamente de energía eléctrica y colocar paneles solares en el tejado”. —Saul Griffith, cofundador de Treau
Romanin está convencido de que este primer gran cambio en las instalaciones de una vivienda servirá de catalizador para que los individuos se replanteen otros aspectos que pueden controlar en su vida diaria.
Saul Griffith, fundador y director científico de Otherlab y cofundador de Treau, es categórico: “Lo fundamental es que tu vivienda (especialmente la climatización) y tu coche se alimenten únicamente de energía eléctrica y colocar paneles solares en el tejado. Son las únicas grandes decisiones que podemos tomar los propietarios; cualquier otro aparato ecológico es irrelevante en comparación con estos tres, nos desvía del verdadero objetivo y es menos eficaz para eliminar el carbono de nuestras vidas”.
2. Crear espacios más verdes en el interior de la vivienda
Las posibilidades de los sistemas de climatización y acondicionamiento del aire interior no terminan con la elección de una nueva unidad. Conforme estos aparatos se vuelven más habituales, los diseñadores descubren nuevas oportunidades para crear productos que favorezcan un ambiente interior más saludable.
Hooman Koliji, fundador y director general de la empresa de ecodiseño CREO, con sede en Sausalito (California), nos cuenta que, por el momento, el principal objetivo de la empresa es proporcionar ecosistemas verdes inteligentes para interiores. CREO ha desarrollado dispositivos con vegetación natural diseñados para mejorar el espacio construido. Funcionan tanto desde un punto de vista fisiológico (las plantas absorben sustancias químicas nocivas que flotan en el aire) como emocional: vivir en un espacio con vegetación colorida influye positivamente en el bienestar.

En colaboración con el Centro Tecnológico de Autodesk en San Francisco como parte de un programa de residencias, Koliji sostiene que esos “muros” verdes (superficies verticales que permiten el crecimiento de plantas con una mínima ocupación de suelo) equilibran la humedad en las viviendas y pueden llegar a sustituir a los dispositivos mecánicos de purificación del aire y a reducir la demanda energética global de aire acondicionado.
“Dentro de unos años veremos cómo los sistemas de climatización contarán con filtros biotecnológicos vegetales”, afirma Koliji. “Todo el aire que circula por los espacios interiores atravesará estos filtros verdes para purificarse y controlar la humedad ambiental. Reducirán la dependencia del aire acondicionado, por lo que a la postre contribuirán a un menor consumo energético de la edificación”.
3. Replantearse la alimentación gracias al cultivo vertical
Koliji, que también es profesor asociado de Arquitectura en la Universidad de Maryland, descubrió una estadística que lo dejó perplejo: “Por cada caloría de productos vegetales que ingerimos en la Costa Este de Estados Unidos, se necesitan 13 calorías de combustibles fósiles para transportarla desde California. Entonces comprendí que teníamos un grave problema”.
Como solución, CREO ha apostado por ecosistemas verdes e inteligentes que proporcionan alimento y aire limpio.
Koliji apunta: “Piense en cuánto dinero puede ahorrar una familia de cuatro miembros si logra producir toda la verdura que consume, de modo que cuando vaya al supermercado pueda saltarse esta sección. Piense en cuánto reduciríamos la huella de carbono en todo el planeta y cómo mejorarían los hábitos de las familias, que serían más conscientes de qué alimentos consumen, de cómo se cultivan y de cuánta comida desperdiciamos hoy en día”.

Los investigadores de CREO y Autodesk están colaborando con el fin de descubrir materiales para estas viviendas ecológicas permanentes con una mínima huella de carbono.
Y añade: “El cáñamo es la planta de crecimiento más rápido de Norteamérica. Cuanto más rápido crece una planta, más CO2 absorbe de la atmósfera. Pero el cáñamo también es una de las fibras naturales más resistentes que conocemos. Y si le añadimos un aditivo al plástico de cáñamo, es totalmente biodegradable”.
En el fondo, según señala Koliji, la historia de este y de otros productos sostenibles no depende tanto de su capacidad a corto plazo de reducción de emisiones de carbono y de ahorro en las facturas de suministros. El verdadero reto de la lucha contra el cambio climático es comprender cada paso del ciclo de vida de un producto desde las primeras elecciones de diseño y de material. Esto es lo que permite controlar el consumo de carbono de manera integral y fomenta que la población tome una mayor conciencia de la ecología: ese es el gran cambio que necesitamos.