La reutilización adaptativa hace del Pier 70 un proyecto de elegancia clásic
- Building 12, una antigua fábrica de cascos de buques de la Segunda Guerra Mundial, ha elegido echar el ancla en el Pier 70 de 28 acres en San Francisco. Este es un ejemplo de reutilización adaptativa en construcción.
- Al rehabilitar las estructuras existentes, los promotores pueden ahorrar las emisiones de carbono incorporadas. Sin embargo, cada proyecto presenta sus propios desafíos, oportunidades y limitaciones.
- El histórico exterior del Building 12 tuvo que elevarse 32,8 metros gracias a esfuerzos titánicos para responder a las proyecciones de aumento del nivel del mar.
- Esta elevación del edificio hizo que disminuyeran los ahorros potenciales de carbono incorporado, aunque los resultados no dejen de representar un triunfo estético de reutilización adaptativa.
Cuando a mediados de los 2020s llegue el momento de que haga su debut el Pier 70 del barrio Dogpatch de San Francisco, habrá pasado un siglo desde que los astilleros del muelle estaban abiertos al público. No obstante, para rehabilitar el Building 12, un taller de forro de casco de buques y sala de gálibos de la Segunda Guerra Mundial construidos en 1941 y restaurados como parte de la fase 1 del proyecto Pier 70, a los distintos actores no les preocupaba el siglo pasado, sino los próximos 100 años.
Bastante tiempo antes de que empezara la remodelación del área de 28 acres de Pier 70 para un proyecto de uso residencial, de oficinas y de tiendas, el dueño del emplazamiento (el Puerto de San Francisco) y el promotor (Brookfield Properties) decidieron que en el proyecto era necesario reflejar las proyecciones de aumento de nivel del mar hasta el 2100. También decidieron preservar el carácter histórico del Building 12 como ejemplo de reutilización adaptativa para hacer homenaje al pasado del Pier 70 y marcar el tono para el emplazamiento como ancla de la comunidad. Como resultado de estos requisitos dobles, el proyecto de reutilización adaptativa del Building 12 iba a necesitar una elevación estremecedora de 32,8 metros de toda la estructura reutilizada.
El diseño de concepto empezó en 2016 y el despacho de arquitectura internacional Perkins&Will se unió al proyecto ese año para impulsar este arduo esfuerzo. En 2005 Perkins&Will primero implementó un plan de operaciones ecológicas interno, que incluía medidas de descarbonización y estaba bien posicionado no solo para preservar la estética del Building 12, sino también para maximizar los ahorros en carbono incorporado que pueden conseguirse gracias a la reutilización adaptativa.
La importancia del carbono incorporado para la huella de un edificio
“Perkins&Will tiene experiencia en proyectos de reutilización adaptativa”, explica Dalton Ho, el líder en diseño sostenible regional en el estudio del despacho en San Francisco. Se especializa en pensar de manera integral cómo reducir el impacto medioambiental de un edificio, incluido el carbono incorporado y la energía operativa. “En Perkins&Will, cada vez que evaluamos un edificio, el primer paso siempre consiste en preguntarnos ‘¿Qué podemos conservar? ’” indica Ho. “La reutilización adaptativa tiene que ser parte de nuestra estrategia para conseguir nuestros objetivos climáticos”.
Al reutilizar partes de los edificios existentes, los promotores pueden ahorrar carbono incorporado, que corresponde al total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas durante la fase de construcción, antes de que el edificio entre en funcionamiento. Esto se registra como CO2e (equivalente a emisiones de carbono) e incluye la fuente, creación y transporte de materiales, así como cualquier tarea de renovación.
Ho explica que en los último cinco años aproximadamente, el sector de la arquitectura, ingeniería y construcción (AEC) ha llegado a la conclusión de que el carbono incorporado contribuye mucho más a las emisiones de que lo que se pensaba anteriormente, comparado con la energía operativa de un edificio.
“Nos hemos dado cuenta de que el carbono incorporado representa más o menos entre una tercera parte y la mitad de todas las emisiones relacionadas con los edificios” indica. “Además sabemos que el carbono incorporado también tiene una relación muy cercana con las cosas que sean de gran volumen o peso elevado, como el acero y el hormigón. Por eso como mínimo tratamos de mantener la mayor parte posible de la estructura y el cerramiento exterior ya que son de gran volumen y peso elevado”. Ho explica que en total la estructura y cerramiento representan un 75%-80% o más de la huella de carbono incorporado del edificio.
En el caso del Building 12, preservar su carácter histórico significa reutilizar, entre otras cosa, sus distintivas cubiertas corrugadas gastadas por el paso del tiempo, la mayor parte del suelo original de madera, gran parte del techo icónico de forma irregular y todas las columnas de acero construidas que dividen el interior en tres secciones y que delimitan el perímetro del edificio. Esencialmente, se conservó el cascarón original del Building 12 de 1941. La reutilización de las gigantescas columnas presentaba una buena oportunidad de ahorrar carbono incorporado. Sin embargo, la gran tarea de elevar el Building 12 para responder a los niveles del mar previstos de aquí al 2100 canceló de hecho parte de esos ahorros.
La elevación del Building 12
Generalmente, cuando se busca que una nueva construcción esté conforme con las proyecciones de aumento de los niveles del mar, el arquitecto construye el primer piso con pendiente ajustada. Sin embargo, elevar 32,8 metros el marco de Building 12 presentó desafíos inusuales. Por ejemplo, en lugar de poner en la cima el techo como último paso, tuvo que instalarse la nueva cubierta del techo del Building 12 primero y los vidrios tuvieron que quitarse para fortalecer el marco y evitar que se quebraran al elevarse. Además, como el primer piso original no se iba a conservar, el contratista general, Plant Construction, tuvo que instalar vigas temporales a nivel del suelo para contribuir a la rigidez del edificio para su elevación.
En total, tomó más de dos años concluir la elevación del Building 12. Plant Construction tuvo que separar las columnas de acero históricas de su cimentación, instalar vigas Symons, elevar las vigas, poner cables tensores y equipo de elevación manual, excavar la cimentación original, instalar la nueva cimentación bajo las columnas y el refuerzo del techo adicional, y luego empezar el proceso de elevación con gato hidráulico. Se usaron computadoras y sensores para sincronizar 136 puntos de elevación hidráulica. Los trabajadores llevaron a cabo mini elevaciones de 15 centímetros únicamente, lo suficiente para insertar un pedazo de madera adicional en los calzos de madera que construyeron bajo las impresionantes torres de montantes para apoyar las vigas de elevación. Después de la elevación, instalaron la estructura original sobre columnas precisas nuevas y paredes de retención de hormigón. Esta elevación también permitió instalar un estacionamiento a nivel del sótano.
Para siquiera empezar el trabajo en el Building 12, Plant Construction también tuvo que mover 60 metros hacia el sur el esqueleto de la estructura contigua Building 15 del Pier 70 para permitir la instalación de la cimentación del nuevo Building 15 y dejar espacio para la obra en el Building 12 y la construcción de la calle. Cuando se finalizó esta obra, se elevó 32,8 metros el Building 15 y se regresó a su ubicación original.
Los pormenores de la contabilización de carbono incorporado
Al final, la reutilización adaptativa del Building 12 no llevó a un gran ahorro de carbono incorporado, pero Ho explica que lograron mostrar cómo los edificios históricos pueden ser proyectos increíbles, y pueden llevar a ahorros de carbono incorporado mucho mayores cuando no se tienen que tomar medidas drásticas de elevación como tuvo que hacerse con el Building 12. Al hacer la contabilización final, Ho estima que preservar la estructura del Building 12 y su recinto llevó a ahorrar unos 53kgs de CO2e por metro cuadrado, es decir un 10%, o menos de 500-700kgs, de CO2e por metro cuadrado comparado con lo que se emitiría en una construcción de hormigón y acero en la actualidad. “Existen otros proyectos de reutilización adaptativa en los que este ahorro puede alcanzar cifras muy elevadas, equivalentes a unos 30 años de energía operativa”, explica Ho. “Puede tener un impacto enorme”.
Ho añade que también existe una variabilidad inherente en la contabilidad de carbono incorporado actual: “las evaluaciones de ciclo de vida incluyen ciertos supuestos que van desde la minería del agregado hasta la manera en que se evalúa la fuente de energía, por lo que hay mucha incertidumbre en todo el ciclo. Cuando hablamos de 53Kgs de CO2e por metro cuadrado, podría ser una cifra mínima de 30kgs o una cifra máxima de 80kgs”.
Conforme vaya madurando la contabilidad del carbono incorporado, Perkins&Will tiene la intención de seguir en primera línea de esta práctica. El despacho tiene una relación muy cercana con Building Transparency, creadores de la Calculadora de carbono incorporado (EC3) en el ámbito de la construcción; una organización sin ánimo de lucro que también tiene como prioridad rastrear sus datos y evaluar los modelos de CO2e para refinar sus parámetros internos. Perkins&Will usa los plug-ins para Autodesk Revit—sobre todo Tally pero también One Click LCA—para cuantificar los factores de impacto medioambiental como el carbono incorporado y llevar a cabo evaluaciones de ciclo de vida.
“También nos hemos asociado con organizaciones como Carbon Leadership Forum para acelerar nuestros conocimientos, además de hacer que la industria en su totalidad nos acompañe para desarrollar mejores parámetros de referencia” indica Ho. Asimismo, reconoce que hay vacilaciones en partes del sector relativas a la reutilización adaptativa, en parte poque desde la perspectiva del diseño puede ser difícil trabajar dentro de las limitaciones impuestas por el edificio existente. Pero también queda claro que no todos entienden todavía su pleno potencial. “Es responsabilidad nuestra demostrar lo que es posible con la reutilización adaptativa”, explica. “Llevamos mucho tiempo hablando de reutilización adaptativa y de su importancia. Espero que la gente empiece a tomarlo en cuenta”.
Un hub de uso mixto para la creación y el júbilo
El elaborado proceso de reutilización adaptativa del Building 12 fue más laborioso que demolerlo por completo y construir un edificio nuevo. Sin embargo, al ser el primer edificio público completado del proyecto Pier 70 y el primero en abrir sus puertas al público, no cabe duda de que el Building 12 ofrece algo especial que no podría conseguirse con una construcción nueva. Revive el pasado industrial de Pier 70, que empezó hace 150 años con el primer astillero naval de la costa oeste en los 1880s. La nueva pasarela, la escalera de mezanine y los portales de entrada de la plata baja hacen homenaje al Puente Golden Gate copiando su pintura color Naranja Internacional, famosa a nivel mundial.
El Building 12 también es un puente entre su pasado manufacturero y su estética presente y futura de talleres pequeños. El segundo nivel nuevo albergará estudios de artesanos locales y manufactura liviana, mientras que el nuevo nivel de la mezzanina y el Makers Market Hall (primer nivel) ofrecerán espacio minorista para que los creadores vendan sus productos y entablen conversaciones con el público, así como un espacio de eventos públicos y privados. Hasta la fecha, entre las tiendas y estudios que se han registrado de manera temprana para ser inquilinos del Building 12 tenemos una cervecera local, una panadería, una florería, una concesionaría de motocicletas, así como varios artistas y diseñadores.
La restauración del Building 12 para convertirlo en un hub de barrio de uso mixto de casi 21 400 metros cuadrados incluía nuevos muros cortina con relleno, pero en el Makers Market Hall hay grandes extensiones de muros ventana plenamente operables, así como tres grandes portales de entrada para crear una sensación de fluidez entre el interior, las pasarelas y el panorama del paseo ribereño. El loft del tercer nivel ha sido diseñado como un espacio de oficina moderno dotado de mucha luz natural y vistas panorámicas.
Adoptar la reutilización adaptativa
Como lo demuestra Ho, cada proyecto de reutilización adaptativa es único. Cada uno presenta desafíos distintos, así como nuevas oportunidades de aprender lecciones para el proyecto siguiente. Con Building 12, Ho indica que hay algunas áreas en las que podían haber ahorrado todavía más emisiones al elegir aislamiento con una huella de carbono menor o teniendo más trasparencia sobre la huella de carbono de algunas mezclas de hormigón. Al menos una de las limitaciones vino de las estipulaciones del Building 12 por ser edificio histórico. Ho explica como tuvieron que hacer sustituciones equivalentes de las ventanas. El equipo no pudo usar vidriado IGU en la guillotina de acero de las ventanas históricas y tuvo que reemplazarlo por el mismo vidriado. Pero a pesar de todo, Building 12 ha sido un triunfo de alto perfil de la reutilización adaptativa.
Muy pronto, miles de personas disfrutarán el esplendor de la rehabilitación del Building 12. No cabe duda de que se maravillarán al ver el viejo edificio convertido en un ejemplo de renovación urbana retro moderna. Desde la perspectiva exterior, parece una idea fantástica hacer que una estructura decrépita recobre su belleza. Pero el público tal vez no se dé cuenta de lo difícil que es hacer que la reutilización adaptativa sea una práctica más comúnmente aceptada.
Perkins&Will seguirá con su esfuerzo para promover herramientas que faciliten la reutilización adaptativa y seguirá liderando con el ejemplo para hacer que sea más atractiva para el sector AEC en general. “Se trata de la cantidad de carbono que se ahorra y de apoyarse en ello, pero necesitamos aprobar legislación que haga que conservemos estos edificios y que los promotores realmente quieran conservar estos edificios”, dice Ho.