Camera to Cloud: revolución en tiempo real para cine y TV
- Aunque el sector de los medios de comunicación y entretenimiento pasó de la tecnología analógica a la digital hace casi ya 25 años, sus flujos de trabajo permanecen incomunicados.
- La pandemia presentó un argumento de peso para trabajar en la nube a fin de mejorar la colaboración en el plató y en la posproducción.
- La tecnología Camera to Cloud, el nuevo territorio por conquistar de la televisión y el cine, quiere revolucionar el sector transformando los flujos de trabajo, dinamizando la producción y atrayendo una mano de obra global.
La industria cinematográfica se ha reinventado muchas veces a lo largo de su historia: del cine mudo al sonoro, del blanco y negro al color y, más recientemente, del analógico al digital. Pero, a pesar de todas estas transiciones, el sector de los medios de comunicación y entretenimiento (M&E) puede mostrarse reacio al cambio, apoyándose en una serie de reglas establecidas y en viejos modelos de producción. Se diría que está en el momento justo para reinventarse otra vez —y, al adentrarnos más en ese terreno de lo digital, se abre un mundo de ecosistemas totalmente nuevos que apuntan hacia una mayor creatividad y colaboración—.
La creciente demanda de contenidos de alta calidad ha traído consigo una sensación de urgencia en el campo de los medios. Las productoras se enfrentan a unos plazos de entrega imposibles, unos presupuestos superajustados y una gran escasez de personal cualificado. Hacer entrega de la cantidad de películas y programas que demandan los consumidores no es tarea fácil, sobre todo si se emplean flujos de trabajo caducos e ineficaces.
Esto ha preparado el terreno para una transformación en todo el sector: la producción en la nube. El primer eslabón de esta cadena evolutiva de la cinematografía es la tecnología Camera to Cloud (literalmente, de la cámara a la nube, o C2C), gracias a la cual las tomas grabadas están disponibles en un ecosistema común casi inmediatamente después de que las cámaras dejen de rodar. Al estar centralizados los activos y los datos en un único ecosistema, los profesionales del cine y la televisión pueden centrarse en los elementos narrativos y olvidarse de la logística en torno a unos flujos de trabajo incomunicados entre sí. Los datos conectados fluyen libremente entre equipos y herramientas, creando un hilo conductor desde el guion hasta la pantalla que agiliza la producción y la hace más eficiente.
La nube no es algo nuevo para el sector de los medios. Netflix, Apple TV+ y todos los demás servicios de streaming almacenan y distribuyen sus bibliotecas digitales virtualmente. Pero ahora la nube está irrumpiendo en el sector entre bastidores y va camino de revolucionar para siempre la forma en que se hacen las películas y los programas.
La producción en la nube cobra impulso
Basta con leer los títulos de crédito para darse cuenta de que una película o un programa requieren el talento de cientos (a veces miles) de personas, si bien cada equipo trabaja con su propia pieza del rompecabezas y con sus propias herramientas digitales. Para hacer posible la colaboración, a menudo es necesario coordinar manualmente los flujos de trabajo y los datos, por ejemplo, transportar los discos duros a los centros de posproducción para que el personal correspondiente cargue las secuencias filmadas en el sistema de edición. En un sector diseñado para entretener, estos flujos de trabajo arruinan el estímulo creativo.
Hace casi ya 25 años que el sector pasó de lo analógico a lo digital y, aunque en todo este tiempo han cambiado muchas cosas, algunos de los flujos de trabajo fundamentales no han ido parejos, lo que ha dado lugar a una serie de procesos ineficientes y a barreras en la comunicación. Hasta hace unos años, la nube era un proyecto a largo plazo, pero entonces llegó la pandemia y la producción quedó paralizada durante meses. Cuando regresaron a los platós, los equipos se habían reducido al esqueleto de lo que antes habían sido y las empresas tuvieron que encontrar otras formas de facilitar la colaboración entre directores, productores, escenógrafos, diseñadores de vestuario, directores de fotografía y todos los demás implicados. La tecnología Camera to Cloud como Autodesk Moxion ha permitido al sector volver al trabajo y ha demostrado que existe otra forma de hacer películas.
Hubo una serie de excepciones a esta cultura reticente a la nube. Las empresas de efectos visuales (VFX) Jellyfish Pictures y Misc Studios se lanzaron de lleno a las posibilidades que este nuevo entorno ofrecía. Incluso algunas de las empresas más nuevas jamás han trabajado en otro. Untold Studios es una empresa de cine, televisión y efectos visuales que empezó a crear flujos de trabajo en la nube nada más iniciar su andadura en 2018. Con herramientas como ShotGrid, de Autodesk, Untold Studios arrancó de inmediato y fue creciendo a medida que lo hacía su cartera de proyectos y clientes. Y, gracias a los flujos de trabajo en la nube, han podido contratar talento de todo el mundo, solventando así la falta de profesionales locales.
Lo que empezó como una solución temporal se ha convertido en el modelo de referencia. MovieLabs, una empresa conjunta y sin ánimo de lucro creada por los principales estudios de Hollywood, ha publicado 2030 Vision, un llamamiento a los cineastas para que adopten las nuevas tecnologías de modo que “todos los activos se creen o importen directamente en la nube”.
La tecnología Camera to Cloud está forjando el futuro de la producción
Camera to Cloud es la primera oleada de cambios de esta nueva forma de trabajar conectados. Tradicionalmente, los copiones —el material revelado y sin editar que se obtiene después de cada jornada de rodaje— no están disponibles para visionado hasta el día siguiente. Pero, con la tecnología Camera to Cloud, estos copiones dejan de ser diarios para convertirse en “inmediatos” por el simple hecho de que las tomas se pueden revisar tan pronto como el director grita “¡Corten!”. Aquí es donde tiene lugar la verdadera disrupción, puesto que los datos están disponibles en tiempo real a lo largo de todo el ciclo de producción.
Al disponer de las grabaciones de manera tan rápida, los directores pueden tomar decisiones creativas en el plató, y esto hace que el proceso sea mucho más eficiente. Antes, los directores tenían que esperar a ver qué había “en la lata” y aprobarlo o arriesgarse a tener que volver a filmar, que es muy costoso, por lo que normalmente esperaban. Con la tecnología Camera to Cloud, el director y el equipo de producción pueden revisar las tomas de inmediato y ganar tiempo.
Esta inmediatez hace posible también el visionado asíncrono (en cualquier momento, en cualquier lugar y desde cualquier dispositivo). Los editores y los supervisores de efectos visuales pueden seguir lo que ocurre mientras se rueda la escena y aportar su granito de arena para facilitar la posproducción. La iluminación puede ajustarse o los movimientos coreografiarse a distancia.
El director puede incluso mantener el control creativo sin estar presente en el set de rodaje. Una segunda unidad que filme en otro lugar puede recibir sus instrucciones en tiempo real (por ejemplo, pedir a un actor que se cambie el jersey) para evitar tener que volver a rodar o arreglarlo en posproducción. Una película tiene que seguir una relación de continuidad, lo que en la jerga se conoce como rácord, y la nube ayuda a los participantes de los distintos equipos a hilvanar el relato sin saltos, partiendo todos de la misma información.
Luego están los metadatos. Con las herramientas de Camera to Cloud, cada activo se codifica con notas y detalles específicos (como los ajustes de la cámara) para ayudar a los distintos equipos a organizar la información. La logística se resuelve digitalmente, lo que permite a los cineastas ser más innovadores durante el proceso creativo, en lugar de buscar la información en una carpeta de producción en papel.
Los increíbles resultados de cómo podría ser este nuevo mundo de la producción empiezan a materializarse. No hay más que ver El señor de los anillos: los anillos de poder, de Amazon Studios. Producir esta serie épica requirió un esfuerzo colosal en el que se aprovechó la tecnología Camera to Cloud para conectar personas y datos en tiempo real, así como para facilitar la colaboración entre miles de personas y equipos, incluidos 20 estudios de efectos visuales.
La nueva era de la cadena de producción conectada
Los ciclos de vida de producción tradicionales se parecen a una carrera de relevos en la que cada equipo termina su trabajo antes de pasar el proyecto al siguiente. Funciona, pero hay una manera mejor de hacer las cosas. Construir una cadena de producción totalmente conectada consiste en trabajar partiendo de un mismo conjunto centralizado de datos y dejar atrás los flujos de trabajo lineales e incomunicados para dar paso a otros paralelos y colaborativos. E igual que los equipos de posproducción pueden acceder a los copiones inmediatos hoy, en el futuro también podrán utilizar un ecosistema abierto, como Autodesk Flow, la nube industrial que Autodesk está construyendo para el sector de los medios de comunicación y entretenimiento, para mostrar las ediciones al director y recibir respuesta inmediata.
Desde la preproducción hasta la posproducción, los equipos pueden obtener la información que necesitan cuando la necesitan, y esto hace aumentar la eficiencia en toda la cadena. Por ejemplo, los editores normalmente querrán acceder a los datos mucho antes en el proceso, en lugar de esperar a que la producción haya terminado. En este mundo basado en la nube, pueden empezar a cortar las secuencias mientras las cámaras siguen rodando en el plató. Esto permite además al equipo de posproducción sentarse a la mesa de producción. En la película Mulan, de Disney, aprovecharon un entorno conectado para integrar al equipo de efectos visuales en el rodaje. La posibilidad de ver los copiones inmediatos permitió a los equipos dar a los productores un coste más exacto del trabajo de animación al final de cada jornada, basándose en lo que se había rodado —una primicia en el mundo del cine—.
A medida que los proyectos del sector M&E se hacen más grandes y los flujos de trabajo más complejos, la arquitectura de nube es más que capaz de manejar datos a gran escala. Me refiero a petabytes de datos. Un solo petabyte equivale a 1000 terabytes, o 900 000 millones de páginas de texto. Y con imágenes de mayor resolución y efectos visuales que requieren una enorme potencia de renderizado, las producciones son cada vez más complejas. En 2009, Avatar necesitó una capacidad de almacenamiento de un petabyte. Avatar: el sentido del agua, estrenada en 2022, necesitó 18,5 petabytes.
Y el cambio que supone la tecnología Camera to Cloud no es más que el principio. A medida que los profesionales de M&E empiecen a conectar datos y a agilizar los flujos de trabajo en la nube, habrá más aplicaciones de interoperabilidad con estándares abiertos. Por ejemplo, el marco Universal Scene Descriptions (USD) facilitará el intercambio de datos 3D, independientemente del sistema en el que se hayan creado. Esto permitirá a los artistas escoger las herramientas con las que prefieren trabajar, en lugar de tener que cambiar de software para cada proyecto.
La tecnología Camera to Cloud permite a los artistas centrarse en contar historias, al eliminar todas las distracciones que interrumpen su flujo creativo. Esta nueva forma de trabajar beneficia al colectivo del cine, garantiza la continuidad y vuelve más eficiente todo el ciclo de producción. Prepara las palomitas, que el futuro del mundo del cine ya está aquí.